TÉCNICA

Pescar en verano. Buscando eficiencia.

¿Os ayudarán 4 fotos y 3500 palabras?... Espero que por lo menos os den ideas y ganas de ponerlas en práctica.
Se instaura el verano plenamente y los días de pesca ya no son tan agradables como hace tan solo unas semanas, por eso, he querido recuperar un artículo sobre la pesca de la carpa en esta época, del que en su día, se extrajo una parte que fue publicada en la revista Carpamania como consecuencia de la llegada de las altas temperaturas. Ahora creo que es buen momento para publicar la versión completa en el blog de Snowman Carpfishing con el objetivo de ayudar a aquellos carpistas que ven en esta época el periodo más duro para el carp fishing, sin olvidar de todos esos que, independientemente de las condiciones ambientales,  no pueden dejar de practicar esta afición.
Examinando la cuestión.
Tenemos el concepto generalizado que la práctica del carp fishing requiere de la realización de largas sesiones en las que permanecemos innumerables horas junto a la orilla esperando que los peces sean benévolos e incautamente se dejen engañar por nuestra estrategia desplegada para conseguirlo, pero… ¿Es totalmente necesario estar tantas horas esperando que los peces quieran tomar nuestro engaño?.
En primer lugar, si analizamos con meticuloso rigor las sesiones de larga duración en la orilla de un lago, embalse o río, puede que concluyamos; que estas las realizamos más por placer que por imperiosa necesidad en la conclusión de resultados y, aunque habría que matizarlo mucho, la afirmación anterior contiene una parte burlesca con un gran punto de realidad, o quizás me equivoque y solo contenga la parte de la broma o, ¿solo la de realidad?. En cualquier caso, de lo que sí estoy totalmente seguro es, que sea como fuere, disfrutamos todo el tiempo que pasamos en la orilla, sea para recreación personal, para devanarnos los sesos en busca de los por qué, o sea compensando las dos posibilidades anteriores y simplemente gozar pescando… no sé realmente por qué, y aunque el tema vaya al hilo, se me hace un batiburrillo en la cabeza que me desvía del principal asunto que quiero tratar, así que al lío.
Una sesión de larga duración, entendiendo por ello sesiones superiores a tres días de pesca continuada, -es al pescador como el tiempo al vino-, pues todo el tiempo que pasemos junto a la ribera de un río, lago o embalse nos hará mejorar si prestamos atención y nos interesamos por lo que sucede a nuestro alrededor, cavilando sobre las circunstancias que se van aconteciendo a lo largo de la sesión. Cuando somos activos mentalmente durante los largos periodos de pesca, se nos plantean tantas preguntas como situaciones, circunstancias o cambios se van produciendo con el paso de las horas y, por lo general suelen ser muchas las variaciones que nos acontecen. Por cada pregunta a las eventualidades que sobrevienen es probable que nos auto propongamos más de una teoría como posible respuesta, en ocasiones tantas posibilidades que se convierte en un juego de azar decantarnos por un de ellas, siempre con la esperanza de haber elegido la más acertada. Pero esto no es algo exclusivo, esto es algo que sucede en cualquier sesión, independientemente de la duración de la misma, porque si hay algo que embellece y engrandece este deporte es precisamente eso, la enorme cantidad de factores y variables que intervienen en cada sesión y que pueden influir de forma positiva o negativamente en el resultado final de la misma.
Debido al colosal número de variantes que nos podemos encontrar durante una jornada de pesca, el tiempo dedicado a una sesión juega un importante papel que puede inclina la balanza del éxito hacia nuestro lado, ya que disponer de ese tiempo nos permitirá realizar cambios en nuestras técnicas y estrategias a demanda de la evolución de la sesión, intentando que los beneficios del factor tiempo caigan de nuestro lado. Pero hay que tener presente que los resultados nunca están asegurados por mucho tiempo y cambios que realicemos durante nuestra pesca, siendo este otro de los motivos por los que a tantos nos tiene seducidos este deporte.
Por los motivos antes descrito, podemos concluir que las sesiones de larga duración son la forma más idónea de llegar a conseguir resultados, pero no siempre se dispone de tiempo suficiente, existiendo diferentes circunstancias que pueden condicionar nuestro tiempo de permanencia en acción de pesca, lo cual limita y merma considerablemente nuestras posibilidades de reacción ante una situación adversa en la que no conseguimos los objetivos fijados, siendo una de las principales causas la falta de tiempo libre, una limitación a la que todos estamos sujetos por diversos motivos.
Aprovechando el tiempo.
Porque no solo la falta de tiempo libre para dedicarlo a la pesca es el causa que puede limitar nuestras sesiones, hablaremos de otra circunstancia que está muy ligada a la época del año en la que nos encontramos; las altas temperaturas. La climatología que encontramos en este periodo hacen muy duro permanecer durante días junto a la orilla tratando de encontrar la estrategia, la técnica y el momento para engañar a las ahora perezosas carpas. De aquí, realizando un ejercicio de observación y reflexión durante una de estas sofocadoras sesiones llegué a la conclusión que, especialmente en este periodo en el que la temperatura ambiental y del agua es muy alta, la actividad de los peces disminuía drásticamente y se centraba, aún más acentuadamente que en otras épocas, en algunos momentos puntales del día, convirtiendo las sesiones de pesca en menos agradables, provechosas ni rentables como deberían o nos gustarían. Así que puse en práctica uno de los puntos fundamentales del carp fishing antes de realizar una sesión como es; la observación. Todos sabemos que la localización de los peces es una acción primordial a la hora de elegir un puesto de pesca en el que practicar nuestra pasión con ciertas garantías de éxito, pero… ¿y si no solo localizamos los peces?.
La respuesta más lógica a la pregunta anterior sería otra pregunta, -¿y qué más busco?-. Al menos esta pregunta me hice yo, y de ahí surgió la idea de no limitarme a buscar la actividad de los peces, sino, que una vez localizados estos, anotaría la hora en la que había observado la actividad. Con esta idea mi intención era determinar en qué momento o momentos del día los peces se mostraban más activos en una zona determinada, y por ende, aumentar así la posibilidad de conseguir alguna captura sin necesidad de soportar inútilmente el sofocante calor que sufrimos en esta época del año.
Con la idea bien clara y definida prospecté un pequeño escenario para poner en práctica lo que de momento, era solo una tesis, aunque desde mi punto de vista parecía una buena idea que había que poner en práctica y probar los resultados que ofrecía, y con este planteamiento me lancé a la faena

Buscando actividad.
Decidido a dedicar todo el día a la tarea que me había propuesto, me colgué la mochila y comencé a caminar por diferentes partes del escenario de pesca que había elegido en busca de cualquier signo de actividad que delatara la presencia de peces. Al tratarse de un lugar de reducidas dimensiones, no tardé mucho en identificar varias zonas propicias a las que los peces pudieran acudir a alimentarse. Durante estos paseos el sol brillaba cada vez más alto y la temperatura ambiental pasaba de ser bochornosa a asfixiante, por lo que era imperiosa la necesidad de buscar resguardo, y así me aposté al amparo de una la sombra para observar durante largo tiempo las zonas que, a priori y desde mi intuición, podrían ser  más factibles para encontrar algún signo revelara que en ese lugar se estaba alimentando algún pez.
Ni siquiera estar en una zona de sombra apaciguaba el sofocante calor que estaba haciendo, y sin decaer por ello, continué en busca de alguna señal de los peces y la insistencia dio sus frutos al localizar actividad en algunas de las zonas que había pronosticado, sobre todo en dos puntos concretos la evidencia de que los peces se estaban alimentando era incuestionable. Mi planteamiento de localizar los peces y el momento en que estos se encontraban activos obtenía un claro ejemplo que apoyaba la idea, pues los peces aparecían, se alimentaban, y tan rápido e inesperadamente como lo hacían, desaparecían de escena volviendo al lugar la quietud que predominaba en el entorno. Pude registrar en una nota dos lugares y las horas en las que había divisado actividad en cada uno de ellos, así que me di por satisfecho y dejé atrás el caluroso escenario para al día siguiente poner en práctica la teoría..
El día de la prueba.
Había llegado el momento de poner en práctica la nueva estrategia y debo reconocer que no las tenía todas conmigo, pues albergaba algunas dudas por el hecho de pescar durante un espacio de tiempo tan reducido en unas condiciones tan desfavorables, en las cuales acostumbramos a el spot más adecuado y pescarlo durante el mayor tiempo posible, para así estar en disposición en el momento que los peces aparezcan para alimentarse.
Llegué a la zona a media mañana, con hora y media de anticipación sobre la hora anotada el día anterior como el momento de actividad, y con el sol ya a máxima potencia sobre mi cabeza, desplegué el material para comprobar si la estrategia sería acertada o no. Reconozco que el fuerte calor y la inacción del lugar me hacían dudar sobre lo que estaba a punto de perpetrar, pero teóricamente tenía bastante sentido, así que, con diligencia preparé todo. Tocaba pescar la primera zona, en la que dispuse dos cañas ubicadas a unos tres metros una de otra entre ramas semi sumergidas bajo la zona sombría de un eucalipto que se enraizaba y erguía robustamente junto a la orilla, un lugar que daba toda la impresión de ser una zona habitual de alimentación, por lo que no debía alterar demasiado el área con cebo que normalmente no se encuentra allí, así que, decidí acompañar el montaje con una pequeña malla de PVA rellena de un triturado de chufa, utilizando un line aligner para presentar una chufa natural coronada por un artificial flotante que dejaba el conjunto suspendido, rozando ligeramente el fondo. En el otro montaje exhibí únicamente artificial de plástico en un montaje whitty pool que se elevaba del fondo unos tres centímetros. Estas presentaciones pueden contraponerse con la pretensión de no alterar demasiado el área de alimentación natural pero, todo tiene un propósito cuyo por qué quedará patente más adelante.
Las artes estaban preparadas y las presentaciones ubicadas en los lugares que creía más apropiados, solo faltaba esperar. Iba transcurriendo el tiempo y se aproximaba la hora en la que el día anterior había visto a los peces pulular por la zona, aunque de momento solo había divisado por las inmediaciones al animal que menos quería ver por allí, una tortuga. No era el galápago leproso el visitante que deseaba por la zona, pero es lo que tienen nuestros ríos y embalses en épocas de tan altas temperaturas, y la incertidumbre por la presencia del quelonio se apoderaba de mí. La hora fijada ya había pasado, y aunque algo impaciente, no podía pretender que los peces hicieran gala de una puntualidad inglesa, y cuando menos lo esperaba, aparecieron las primeras burbujas cercanas a los montajes que rompían la monótona placidez de la superficie del agua, pero dudaba si se trataría de un pez o de la tortuga que vi merodeando por la zona, aún así, el nerviosismo por ver las pompas de aire sobre el agua iba creciendo cuando de repente, se produce una fuerte picada. Sabía que tenía que ser rápido en la recuperación de la presa con el fin de alejarla lo antes posible de la zona de ramajes sumergidos donde se encontraba, y un vigoroso tirón de la caña fue suficiente para que el pez se dirigiera hacia una zona más abierta en la que pude darle más tregua y pelearlo con mayor tranquilidad. En poco tiempo tenía una bonita carpa reposando sobre la moqueta y la satisfacción de haber acertado con el spot y la estrategia de pescarlo en un determinado momento, pues la diferencia entre la hora anotada el día anterior y la hora en la que se produjo la picada solo era de unos 15min, por lo que la prueba había sido superada, al menos en esta zona. Tras inmortalizar el momento ya era hora de recoger y dirigirme a la segunda zona seleccionada el día anterior.
El paseo hasta el segundo punto lo hice henchido y animoso por el éxito obtenido anteriormente, y tras un momento de descanso a la sombra para recuperarme del sofocante calor, me dispuse a preparar de nuevo las artes. Esta era una zona más limpia y abierta que la anterior, flanqueada en la orilla cercana por densas junqueras que daban una sensación de frescura que de ningún modo se correspondía con la condición ambiental del momento, aunque sí mucho más agradable para mí, pues a diferencia que la anterior zona, esta zona tenía abundantes árboles cuya sombra me protegía y aliviaba en cierta medida, del incesante azote del sol.
Utilicé la misma técnica en la presentación de los cebos, y una vez en sus emplazamientos, solo faltaba esperar y que la fortuna me sonriera como hacía tan solo unas horas. Esta vez la espera se hacía más liviana, y no solo porque ahora me encontraba a la sombra de los árboles que protegían la orilla, sino, porque el hecho de haber logrado el objetivo en el lance anterior, ya era una estimulante recompensa, aunque había que reconfirmar el acierto de la estrategia de pescar a determinadas horas del día, e hidratándome bajo la amable sombra de los árbol que me circundaban esperaba a que transcurriera el tiempo y se aproximara el momento en el que presumiblemente harían acto de presencia los peces.
Para amenizar el tiempo de espera, decidí preparar algún bajo por si necesitaba cambiar de técnica para solventar la situación, pero mientras finalizaba la confección de un bajo para pescar en superficie, y aún faltando unos veinte minutos para que las agujas del reloj alcanzaran la hora prevista de la actividad observada en la jornada anterior, se produjo un leve toque en la caña que estaba ubicada cerca del grupo de junqueras que se encontraban junto a la orilla. El péndulo cayó lentamente y la línea se mantuvo lasa sobre el agua durante un tiempo, hasta que esta comenzó a estirarse despacio pero sin detención hasta alcanzar la tensión suficiente que hizo elevarse pausadamente el péndulo. Tenía la caña asida con fuerza antes que la bobina diera la primera vuelta que indicara que el pez estaba clavado, y aunque generalmente esperaría a que esto sucediera, en esta ocasión estaba totalmente seguro que el pez se encontraba bien prendido al otro lado de la línea, algo que se confirmó con la primera tensión que apliqué al sedal. La carpa se defendía ferozmente intentando llegar hasta la protección de las cercanas junqueras, pero yo sabía que aunque eso sucediera, no me supondría ningún problema apartarla de ahí para finalmente hacerme con ella. Con serenidad fui acercando la carpa hacia mí, cansada asomó la cabeza tomando una bocanada de aire que indicaba que su capitulación era inminente. Totalmente agotada y rendida reposaba la carpa dentro de la sacadera, se trataba de una carpa común de sana y fuerte figura que de nuevo, y esta vez en una zona diferente, corroboraba la eficiencia de la estrategia de localizar el lugar y el momento en el que los peces se alimentaban en una determinada zona.
Siempre me emociono con la picada y captura de cualquier pez pero, con este lo hice aún más, este pez se había convertido en la prueba que confirmaba una teoría, una idea que me había asaltado durante una sesión de calor extremo, durante una jornada con un ambiente tan ardiente que, no era ninguna locura pensar que los pensamientos e ideas que me surgían en ese momento pudieran ser delirios por un golpe de calor. Sin duda estoy exagerando un poco, pero solo un poco, porque es algo que puede suceder debido a las altas temperaturas estivales.



Aclarando algunas cuestiones anteriores.
¿Por qué cebos artificiales?.
Un punto muy importante en la pesca veraniega a la hora de conseguir resultados es, la elección acertada de la presentación y del cebo a utilizar, elementos fundamental para extraer el máximo provecho a esos momentos que yo he definido como; “HORA FELIZ”. Tener muy claro el cebo que vamos a usar en nuestra presentación es de suma importancia, pues las especiales condiciones que encontramos en los escenarios de pesca en esta época nos obligan a utilizar técnicas extraordinarias. Extraordinarias al menos para los que somos fervientes defensores de la pesca con boilies o semillas ante otras posibilidades.
Aunque siempre contamos con la ayuda de la chufa como la solución de cebo natural en esta época del año, no siempre es la apuesta más acertada, debido a que su eficacia estará condicionada a la población de galápagos, cangrejos y la cantidad de alimento que estos puedan encontrar en el escenario, porque estos voraces oportunistas en situaciones de superpoblación o escasez de alimento, también darán buena cuenta de este dulce tubérculo. Por eso es más conveniente asegurarnos, aunque puede que tampoco sea la solución definitiva, usando cebos artificiales en el montaje que nos proporcionarán mayores garantías sobre su permanencia y óptimas condiciones en la presentación para cuando llegue el momento en que los peces vayan en busca de alimento, pues en esta época del año, y sobre todo en determinados lugares, los cangrejos y tortugas pueden hacer desaparecer los cebos naturales en cuestión de minutos, y nosotros, al recuperar la caña tras no obtener resultados, terminar maldiciendo a estos animalitos al ver nuestro montaje desprovisto de cebo. Así, la única forma con la que casi asegurarnos, que no en todos los escenarios las tendremos todas con nosotros, es utilizar los llamados cebos de imitación; maíces, chufas, pellets, asticot, etc. imitaciones en plástico de cebos naturales que tanto están proliferando en el mercado, y que día tras día ganan más partidarios de su utilización debido a los buen resultado que ofrece su uso en escenarios donde, debido a la gran población de cangrejo y tortuga, es imposible pescar con cebos naturales.
¿Por qué la presentación equilibrada y flotante?.
Dejando claro que estas presentaciones no son las únicas posibilidades a usar, aclaro el motivo por los cuales me decanto por ellas. Por un lado mis conjeturas sobre el comportamiento de los peces me hace pensar que en estas condiciones su conducta es un tanto errática, además que posiblemente desconfíen de cualquier cosa que se salga de lo común en la zona que habitualmente frecuenta para alimentarse, pero algo anormal que se eleva del fondo sobre otros posibles alimentos de la zona, llamará la innata curiosidad del pez sobre nuestro engaño, y una vez conseguido esto, es cuando entra en acción las características del montaje. El comportamiento de este tipo de montajes es la clave para conseguir que el pez, aunque no tome el engaño con decisión, este quede clavado. Debido al liviano peso del cebo, el anzuelo se introducirá en la boca del pez con cualquier leve succión de comprobación que este efectúe sobre él, clavándose este en su labio en el momento que el pez intente rechazar el engaño.
Bueno, estas son las teorías por las cuales me he decantado por el uso de estas presentaciones, y aunque posiblemente otras también funcionen, estas ya me han resultado muy efectivas.
Concluyendo.
Casi se podría definir esta práctica como una nueva estrategia dentro de nuestra pesca, pues se trata de; “localizar los peces en el tiempo y el espacio, no solo en el espacio como es lo habitual antes de nuestras sesiones”.
Esta práctica de observación nos permite tener localizadas las zonas donde los peces se muestran más activos y además, los momentos en que los peces, tan indolentes como se muestran con las altas temperaturas, inician ese pequeño periodo de tiempo en el que su instinto les obliga a alimentarse.
Si tuviera que destacar algo para extraer de este texto, sería lo significativo del uso del cebo y la técnica adecuada, pues esto será pieza fundamental del éxito de la sesión que, principalmente estará basada en una acertada elección del momento y el lugar donde poner nuestro engaño. Porque en esta época, las insufrible temperaturas nos ofrecerán la visión, casi apocalíptica, de un entorno en el que se ha extinguido todo ser viviente, porque no es el verano el mejor momento para pasar horas y horas esperando que un pez quiera tomar nuestro cebo, pues las condiciones ambientales nos harán maldecir el verano y sobre todo, la maldita hora en la que decidí realizar esta sesión. Pero bueno, nunca dijo nadie que pescar fuera solo disfrutar, en muchas ocasiones hay que sufrir para conseguir el éxito, aunque  no está de más poder reducir al máximo los momentos de penuria.

Mucho cuidado con el sol y las altas temperaturas, pero eso sí, disfrutad del carp fishing.



Pescar con pastas.
Pescar grandes carpas con pasta parece algo imposible, pero… Si tenemos en cuenta que el poder de atracción de las masillas es muy significativamente superior al de los boilies, debemos tenerlas muy en cuenta.

La forma más habitual para utilizar las pastas en el carpfishing es, rebozando el cebo de nuestro anzuelo con ellas, pero también existe la posibilidad de utilizarlas como único cebo para nuestro montaje, aprovechando así la gran cantidad de aromas, atrayentes y estimulantes que estas proporcionan según van diluyéndose.

¿Cuándo usarlas?
El uso de las pastas no está limitado, es más, es recomendable utilizarlas siempre, en cualquier sesión que realicemos sea cuando, donde y como sea. Pero si que podemos diferenciar algunas situaciones donde el uso de las pastas se muestra más efectivo o idóneo como puede ser en; Invierno, donde el agua fría provoca que el intercambio de los aditivos del cebo con el agua sea escaso, mermándose mucho la atracción de estos hacia los peces. En estas circunstancias, el uso de las pastas está más que justificado, puesto que al tratarse de un cebo blando de rápida disolución, nos garantiza que los nutrientes, atrayentes y aromas que la

componen, se disgregarán eficazmente en el entorno del cebo, atrayendo así a los peces que puedan merodear por los alrededores provocando que tome nuestro engaño. Otro momento en el que las pastas se mostrarán lo más efectivas es, en un cebadero activo. Cuando comprobamos que el cebadero donde estamos pescando tiene bastante actividad, la utilización de las pastas nos proporcionarán picadas más rápidas y continuas, ya que este cebo se convertirá en la zona más atractiva dentro del cebado.
Estos son algunos ejemplos de cuando se muestra más efectivo el uso de pastas para nuestra pesca, pero como ya dije anteriormente, es aconsejable el uso sistemático en cualquier momento.
¿Cómo usarlas?
Anteriormente adelanté el uso más frecuente y más habitual entre los carpistas con este cebo, que no es otro que rebozar el cebo de anzuelo con ellas. Pero también comenté la posibilidad del uso de pasta como único cebo en nuestro montaje, y aunque parezca una cosa poco plausible, es algo que utilizándolo en los momentos adecuados proporciona muchas alegrías.
Seguramente existan más formas de poder usar las pastas como cebo de anzuelo, pero dentro de la filosofía del carpfishing predomina el uso de hair para minimizar el daño que el anzuelo puede provocarle al pez durante la lucha, y tomando esta pauta como referencia, os explicaré la forma en la que preparo los bajos para utilizarlos para pescar con pasta en ellos.

Paso a paso.
Existen en el mercado pequeños muelles para otros tipos de pesca y especies, pero que podemos adquirir para utilizarlos para la pesca con pastas, porque son perfectamente adaptables para el fin que buscamos. Los encontraremos en distintos diámetros, y así poder variar el tamaño del montaje que en cada momento queramos a utilizar. En cada uno de los paquetes de muelles, encontramos unos pequeños alargadores de goma que sirven para unir el muelle al anzuelo, al estar provistos de un pequeño tope en una de sus puntas, y un orificio en el otro extremo. Al pasar este alargador por la parte central del muelle, la perla de goma que forma en su extremo nos hará de tope para impedir que el muelle pueda salirse, y el otro extremo, introduciremos el anzuelo en la pequeña perforación que presenta. Quedando así como si de un montaje hair se tratase.
Otra forma de preparar el montaje es, anudar el muelle al hilo que formará el hair de nuestro montaje, dejando el conjunto como si de un bajo con boilie se tratara.
Tanto la primera como la segunda opción de montaje son totalmente válidas, pero personalmente me gusta más utilizar la segunda, no por motivos de seguridad para el pez, sino, simplemente por motivos de alineación del conjunto, ya que desde mi punto de vista queda mucho más adecuado y efectivo en la clavada.


Una vez preparados los bajos con los muelles, el siguiente paso es simple deducción, pues el muelle será nuestro molde para ir rellenándolo con la masilla que decidamos utilizar, generando una bola de pasta con el tamaño que deseemos. Yo suelo rellenarlos y aumentar su tamaño con la pasta unos dos o tres milímetros por encima de los aros del muelle, quedando así una generosa cantidad de pasta.
Es una técnica sencilla a más no poder, y ya veréis los que os aventuréis a utilizar esta técnica de presentación, como los resultados son muy optimos y aumentan las capturas en vuestras sesiones. Espero que cuando lo probéis, disfrutéis de sensacionales sesiones como las que he tenido el placer de gozar yo.

Un saludo, y que disfrutéis del Carp Fishing.

CARPTREKKING.


Carptrekking… suena extraño, pero este nombre o definición tiene un sentido. Podría haberla denominado carp-senderismo o pesca y senderismo, pero como practicamos una modalidad en la que los anglicismos son muy frecuentes, he decidido llamarla carptrekking, una forma diferente de vivir el carpfishing que os describiré a continuación, pero no sin antes comentar algo sobre el carpfishing en puesto fijo y la técnica del stalking, que son la raíz que me ha llevado a esta diferente forma de pescar la carpa.
El carpfishing es una modalidad que es tildada de ser una forma de pesca muy sedentaria en la que el único esfuerzo por parte del deportista es montar y desmontar el campamento, trípodes y cañas. Pero ésta es una idea totalmente errónea que sólo piensan los que desconocen o conocen muy poco esta modalidad.
CARPFISHING EN PUESTO FIJO
Sí podemos decir, que una vez preparadas las artes para afrontar una sesión, una gran parte del tiempo que pasa el pescador en el campamento es contemplativo, pero hay que tener en cuenta que también la parte contemplativa tiene su importancia en una sesión de pesca. El tiempo que un carpista dedica a observar el embalse no es sólo por el gusto de gozar del espectáculo natural del entorno en el que se encuentra, sino que también está buscando detalles que le puedan dar una pista, una idea, algo que le haga advertir la situación que se está produciendo en ese momento, o adivinar lo que podrá llegar durante las siguientes horas o durante el transcurso de la jornada.
¿Con qué fin? Por supuesto adecuarse en estrategias y técnicas según vayan aconteciendo las diferentes situaciones que se producen durante una sesión. Porque el carpfishing no es preparar los montajes, echarlos al agua y esperar la picada… antes de que llegue ese momento ha habido un gran trabajo de búsqueda, observación, localización y cebado, que para los que no conocen o no han practicado esta pesca resulta incomprensible. No saben del tremendo esfuerzo que realiza el pescador para preparar un puesto que le pueda proporcionar alguna posibilidad o garantía de éxito. Pero bueno, incluso sabiendo todo esto, aún habrá gente que siga pensando que el carpfishing es una modalidad poco activa.
STALKING
El stalking, como ya todos conocemos, es la pesca de la carpa al acecho. A mi particularmente me gusta considerar el stalking como una modalidad, más que como una técnica dentro del carpfishing. Creo que el stalking posee una identidad propia que le da carácter de modalidad. Esta modalidad es ideal para aquellos que les gusta o requieren practicar una pesca activa y en constante movimiento.
Aunque pueda parecer una modalidad relativamente sencilla, nada más lejos de la realidad, pues se trata de una dificilísima forma de buscar las carpas. Muchos consideran que es una parte fundamental en la esencia del carpfishing, porque no es lo mismo preparar un cebadero por el que la carpa se sentirá interesada, que localizar un ejemplar o varios ejemplares en sus zonas de descanso o alimentación. ¡Y luego intentar capturarlos!
El stalking requiere del pescador que lo practica un gran conocimiento de las técnicas de pesca y, aparte, contar con una buena dosis de intuición, una gran capacidad de observación, y conocer muy bien los comportamientos y hábitos de la carpa según el momento. Es una modalidad que personalmente me encanta, pero que no domino, aunque me gustaría mucho practicarla más a menudo.
UNA FUSION
Ya muchos conocéis mi pasión por el carpfishing y sus técnicas. Como he dicho antes, el stalking para mi es una modalidad que me gustaría practicar más y mejor, aunque realmente reconozco que no me siento bien preparado o cualificado para afrontar con ciertas garantías la pesca al stalking. Por eso y por mi interés en esta forma de pesca, decidí hacer una mezcla entre el carpfishing en puesto fijo y una especie de pesca al acecho, o más bien una pesca de exploración consistente en ir buscando no a los peces, sino los lugares donde pueden estar los peces. Como en realidad no es una practica de carpfishing en puesto fijo, ni de stalking propiamente dicho, decidí denominarla carptrekking, como ya he mencionado al principio del artículo. Pienso que engloba la practica del senderismo campo a través, tan beneficiosa para la salud, con la practica del carpfishing en puesto fijo, tan beneficioso para la mente y el espíritu.
Para practicar esta pesca no es necesario una preparación física especial, pues no es ninguna carrera campo a través en la que haya que luchar por llegar el primero, sino que se trata de realizar una agradable paseo campestre por la ribera de un río o lago en el que si tenemos suerte y encontramos una zona propicia, podremos disfrutar de una agradable jornada de pesca. Sólo se necesita tener ganas de dar un paseo en plena naturaleza, gozar de un entorno natural virgen o casi virgen, y descubrir y disfrutar sensaciones diferentes en el carpfishing. ¡Teniendo alguna de estas inquietudes es más que suficiente para por lo menos intentarlo una vez! Lo que sí que hay que tener en cuenta es el poco material que llevaremos con nosotros. Hay que prestar un poco de atención para elegir lo más adecuado.
SÓLO LO INDISPENSABLE
Lo primero para esta extraña práctica de carpfishing es la elección y preparación del material, porque es indispensable ir ligeros para afrontar caminatas de varios kilómetros por zonas a veces muy complicadas. Por experiencia sé que no es cómodo ni grato cargar el material a larga distancia de cualquier forma, por eso, y desde mi punto de vista, veo imperiosa la necesidad de una mochila para esta práctica por razones obvias.
La mochila es el elemento que nos permitirá transportar más cómodamente el material necesario para afrontar la jornada cuando encontremos un lugar apropiado para pescar. Debemos prestar especial atención a la calidad de la mochila, porque cuanto más cómoda sea mejor para nuestra espalda. Un buen acolchado de las correas y de la espaldera marcará la diferencia entre disfrutar de un paseo ribereño en busca de una aventura o pasar un auténtico calvario transportando el material.
Elegir una mochila que nos sirva para el fin que queremos es sencillo por la gran oferta existente en el mercado, tanto mochilas de aventura o montaña, como mochilas diseñadas por las marcas más representativas de nuestra especialidad.
Otra parte en la que debemos poner la máxima atención es el calzado. Para el calzado debemos seguir las mismas pautas de elección que para la mochila, porque los pies junto con la espalda, serán los grandes sufridores de estas aventuras, por eso debemos cubrirlos con un calzado cómodo y resistente, que nos permita hacer largas travesías por terrenos muy irregulares, presumiblemente pavimentados con piedras de todos los tamaños. Los calzados para trekking o de explorador son excelentes para este fin.
Como no podía ser menos, el vestuario también es fundamental para estar cómodo y defendernos de los múltiples roces que seguramente sufriremos en muchos tramos de la travesía. Será suficiente con proveernos de unos pantalones de tejido fuerte, y si las condiciones climáticas lo permiten, llevar un polo o camisa de manga larga nos vendrá de maravilla. Sobre los pantalones es aconsejable que sean desmontables, para poder aligerarnos de vestimentas si hiciera mucho calor durante la jornada.
Esto es a mi juicio material de transporte y vestuario imprescindible para afrontar la aventura de una jornada, pero si deseamos estar varios días, una esterilla y un saco de dormir nos vendrán de perlas. Como el fin de esta aventura es pescar la carpa, tenemos que preparar un material ligero y funcional para realizar la sesión con alguna garantía, (por lo que pueda ocurrir). ¡Ah! ¡No olvidéis el repelente para insectos!
EQUIPO DE PESCA
Vamos con el material técnico imprescindible. Empezando por la caña, podemos llevar una o varias de nuestras cañas, pero será un incordio a la hora de movernos por determinados lugares, porque para realizar una actividad como ésta es muy importante no llevar cosas voluminosas, y tener las manos libres. Yo me decanto por llevar una sola caña, y si es telescópica mejor, ya que este tipo de cañas nos facilitarán mucho el transporte, cosa que agradeceremos a lo largo de la travesía.
Hoy en día es posible encontrar cañas telescópicas de gran calidad. No es necesaria una caña de un fabricante específico de material para carpfishing, pues con una caña telescópica de las de siempre nos servirá, siempre que tenga una acción adecuada.
Tampoco nos podemos olvidar del carrete. Debemos tener en cuenta donde terminaremos pescando, porque no es lo mismo buscar una aventura de carptrekking a lo largo del río Ebro, que en el río Alcudia, por eso debemos adecuar el carrete al escenario.
En cuanto a los bajos, para ahorrar peso y espacio en la mochila es mejor llevar una decena de ellos preparados en un pequeño estuche, en el que podamos llevar también una cantidad suficiente de antienredos, prediciendo las posibles perdidas. No nos hace falta un estuche muy grande, conque nos permita llevar junto bajos, antienredos y clips anti-enganches es suficiente. Pescar con clips anti-enganches es esencial para este tipo de pesca en la que escudriñamos zonas totalmente desconocidas y susceptibles de presentar todo tipo de obstáculos.
Los plomos son unos elementos demasiado pesados para llevar muchos en la mochila, por eso yo me arreglo con media docena entre 70 y 100 gr. También debemos llevar una pica ligera, un tensor de cadena o cable que facilita su almacenamiento, y una alarma. ¡Y por supuesto, la imprescindible sacadera y moqueta! Las moquetas plegables de tamaño pequeño serán las más adecuadas. Con la sacadera la cosa se complica algo más, pero si hemos optado por llevar una caña en dos tramos, podemos llevar la sacadera y el mango en la misma funda de la caña, siempre que nuestra funda tenga suficiente holgura para albergar estos elementos. También hay sacaderas plegables que podemos llevar en la funda individual o en la funda de la caña telescópica.
No nos podemos olvidar de los cebos. Aunque estuviéramos fuertes físicamente como para cargar mucho más peso, es una locura llevar un arsenal de boilies, pellets, semillas y remojos, cuando realmente vamos a pescar en lugares vírgenes o semivírgenes en los que nunca un boilie ha tocado el fondo. Yo opto por reducir el peso de los cebos al máximo y recurrir al siempre efectivo maíz, con unos micropellets para el cebado al spot y alguna pasta para reforzar la atracción hacia el montaje. Desde mi experiencia, con estos cebos tenemos suficiente para afrontar una jornada de carptrekking y juntos no hacen más de dos kilos de peso.
¿CÓMO PREPARAR UNA JORNADA?
Realizar una jornada de carptrekking no conlleva más preparación que personarse en la orilla de un río, echarse la mochila a la espalda y empezar a andar conociendo sólo el punto de partida, sin marcarnos un posible destino… simplemente desplazarnos por la ribera del río hasta encontrar un lugar potencialmente factible y suficientemente alejado de cualquier indicio de civilización que pueda ser considerado virgen. Luego es cuestión de ir cambiando de ubicación según avanza la jornada, o si disponemos de varios días, seguir explorando y buscando otras posibilidades en diferentes zonas.
Otra forma de preparar la jornada es desde casa, haciendo uso de aplicaciones como Google Earth o el Sigpac, de esta forma podemos identificar tablas de río y zonas de embalses donde no existe ningún acceso posible que el de echarse la mochila a cuesta y andar. Utilizando estos sistemas, podremos imprimir un mapa de la zona que queremos explorar, y en el caso de tratarse de un río, podemos identificar las diferentes tablas que el río forma a lo largo de su curso, y así elegir un trayecto fijo, con un destino marcado. También es interesante este sistema a la hora de ubicar los lugares de inicio de la aventura, pudiendo obtener mucha información sobre otras posibles rutas alternativas hasta un mismo lugar.
Cualquiera de estas formas es buena si la intención que tenemos es visitar zonas donde la naturaleza aún vive tranquila y a su ritmo. Y cuando hemos conseguido encontrar un lugar en el que además de disfrutar del entorno, disfrutamos de buenas capturas, entonces podremos decir que hemos dado con un gran Eldorado.
MI EXPERIENCIA
Con esta forma de pescar he disfrutado muchísimo, en algunos lugares he conseguido capturas y en otros no, pero alguno me ha sorprendido gratamente con algunos ejemplares maravillosos, tanto a mi como a los compañeros que me han acompañado en alguna andanza.
Lo mejor del carptrekking es la movilidad. No debemos centrarnos en un lugar determinado y realizar la sesión allí pase lo que pase, pues nos podemos encontrar con un lugar con un fondo impracticable, con total ausencia de peces o con la única presencia de peces pequeños, etc. Hay muchos factores que pueden influir en nuestra pesca en lugares desconocidos.
Al practicar carptrekking tenemos la posibilidad de explorar una zona determinada durante algunas horas o días, según hayamos planteado la sesión, y si no nos convence por cualquier factor, siempre tenemos la posibilidad de levantar el campamento y dirigimos hacia otra zona hasta encontrar un lugar que nos parezca interesante. Actuando de este modo he podido disfrutar de momentos extraordinarios en la parte más salvaje del río, ríos que en otros tramos sufren los estragos que causa la civilización. Por eso proceder de esta manera nos ayuda a llegar allí donde aún no ha podido hacer daño la epidemia para el mundo que es el hombre. No es que tenga nada en contra de la humanidad, pero si contra su mal comportamiento, entre los que me incluyo. Por suerte cada vez hay más personas conscientes de que debemos cuidar y mimar nuestro entorno para poder seguir disfrutando de el.
Algo muy importante a tener en cuenta es que cuando abandonemos esos lugares donde nadie o casi nadie había llegado antes, causemos el mínimo impacto sobre el entorno y todo se quede como si por allí no hubiera pasado nadie.
Os animo a que probéis el carptrekking al menos una vez, os garantizo que es realmente especial, es otra forma de pescar y de disfrutar el entorno. ¡Es realmente bonito!.



MICRO CEBADEROS EN INVIERNO.


Todos sabemos lo efectivo que es realizar un cebadero a largo plazo con productos de calidad, pero el mantenimiento de uno de estos cebaderos puede resultar complicado y costoso, sobre todo cuando lo queremos realizar a muy largo plazo.
Así, pusimos en marcha una estrategia que nos dejara aprovechar al máximo nuestro tiempo y recursos, pero a la vez, maximizara las posibilidades en nuestras jornadas tras las queridas carpas.

LA ESTRATEGIA.
Todo comenzó con la llegada del invierno, esa desalentadora estación que nos hace insufrible la estancia en la orilla, y que desgraciadamente, las jornadas en estas fechas suelen ser sinónimo de bolo. Pero nosotros queríamos aprovechar al máximo nuestra estancia a pie de orilla cada jornada que pudiéramos salir a pescar, y con ese propósito comenzamos a realizar un micro cebadero.
Lo primero que hicimos antes de empezar nuestro micro cebadero a largo plazo fue elegir una zona, que a nuestro juicio podría ser frecuentada por los peces para buscar alimento, factor muy importante en una época en la que su actividad es muy baja. Tras elegir la zona comenzamos a preparar el cebado, ya que la estrategia estaba decidida. Y entonces apareció la pregunta, ¿Cómo prepararíamos el cebado?.
Mucho se ha hablado de los cebos y estrategias más favorables para el invierno, y casi todos, coinciden en la utilización de cebos de gran atracción olfativa,y alto contenido en hidratos, pero esta teoría es la utilizada en sesiones cortas o de varios días, situación en la que no nos encontrábamos. Por eso quisimos poner a prueba una teoría que hacía tiempo veníamos elucubrando.
Nuestra teoría estaba basada en las necesidades nutricionales de los animales en los periodos invernales. En las épocas más frías del año muchos animales hibernan para no consumir energía, otros ralentizan su metabolismo para reducir al máximo el consumo, y otros deben seguir buscando alimento constantemente dada su naturaleza. Así, que tratándose de carpas, a nosotros nos ocupan animales que ralentizan su metabolismo en pos del ahorro de energía pero que deben seguir consumiendo alimentos para sobrevivir.
Así que, sabiendo que los peces deben seguir alimentándose decidimos preparar unos boilies de alto valor calórico, unos boilies que si fueran descubiertos por las carpas no dudaran en tomarlos, pues les aportaría una buena cantidad de proteínas y grasas que compensarían el gasto que les generara el ir a comerlos. Y que una vez tomados los cebos el pez se quedara con el lugar como un punto donde poder encontrar buen alimento.

 LOS BOILIES Y EL CEBADO.
Como he dicho antes, el micro cebadero estaría abastecido por boilies de alto valor calórico, y para conseguir elaborar unos boilies con esas características hemos contado con la ayuda del WBC (Webcarp Boilie Creator), herramienta indispensable para los amantes de la cocina boilichera.

RECETA EMPLEADA PARA LOS BOILIES.

-MIX-

H. maíz………………………..100gr

H. trigo………………………..150gr

H. soja…………………………200gr

H. sangre………………………100gr

H. krill…………………………100gr

H. LT94………………………..200gr

Pan rallado…………………….150gr

Betaina………………………… 50gr

Negrillo (semilla)………..30gr aprox.(un buen puñado)

 -PARTE LIQUIDA-

Huevos XL……………………..    5und

Claras…………...………………  8und

Aceite hígado bacalao…………..  20ml

Bovril …………………….2 cucharadas

Edulcorante……………………… 40ml

Concentrado (al gusto)…………… 40ml

Con estos boilies hemos conseguido lo que buscábamos en valores calóricos, aunque la masa resultante de esta receta es algo engorrosa de trabajar, no es nada que no se supere con algo de paciencia y tesón.
Los valores que desprende esta receta según el WBC son: proteínas 35,5%, un valor bastante alto, hidratos de carbono 25,5% y grasas 9%. Las grasas son algo altas, pero al tratarse de un cebadero espaciado en el tiempo y de reducida cantidad, la ingesta de estos boilies no será abundante por parte de las carpas, por lo que no creo que exista riesgo de que los peces se vean perjudicados por las grasas, ya que les serán muy útiles para la estación invernal.
Con los cebos resultados de esta receta iniciamos el cebado de nuestro micro cebadero. Comenzamos el cebado con unos 500gr de boilies, cantidad que solo utilizaríamos durante la primera semana de cebado,que constó de dos días. Este primer cebado decidimos hacerlo con más cantidad de la que utilizaríamos en los posteriores debido a que aún las temperaturas no habían bajado mucho, y los peces, todavía se encontraban activos. Pero a partir de la segunda semana, con la misma carencia en los cebados y atendiendo a la más que evidente caída de las temperaturas, redujimos la cantidad de boilies a unos 250gr por día de cebado.
Como se puede comprobar, la cantidad utilizada y el área en el que se podría dispersar es insignificante para tratarse de un cebadero a largo plazo, por eso la denominación de micro cebadero. La idea la teníamos clara, se trataba de abastecer las necesidades de las carpas que se acercaran al cebadero pero sin llegar a saciarlas en ningún momento, incluso si por desgracia un solo pez se comiera todo el cebado de un día.
Ya teníamos la estrategia, el cebo y el sistema de cebado. Ahora quedaba comprobar si nuestra teoría es correcta.

PRIMERA PRUEBA DE LA TEORÍA.
Habían transcurrido siete semanas desde que iniciamos el micro cebadero y desde entonces, las condiciones climáticas y las del embalse habían cambiado mucho. Aunque todos los cambios entraban dentro de las previsiones no las teníamos todas con nosotros, pero bueno, cuando se hace algo es para bien o para mal. Así, que solo nos quedaba hacer una prueba y poder constatar si el trabajo, el esfuerzo y la ilusión que habíamos invertido y depositado en esta estrategia, daba sus frutos.
Cuando nos bajábamos del coche, en medio de la penumbra del amanecer, tuvimos la amarga sensación de que habíamos elegido mal el día, pues el termómetro marcaba -6ºC, una temperatura para reconsiderarse salir a pescar, pero como chicarrones del norte agarramos los aperos y nos dirigimos al puesto. Bajo nuestros pies crujía el hielo a cada paso, y los dedos de las manos desnudas se quedaban como témpanos de hielo, pero haciéndonos los fuertes llegamos al puesto y tras atemperar las manos para volver a tener algo de sensibilidad, empezamos a preparar las artes.
El suelo estaba tan duro por el hielo que clavar las picas nos requirió un esfuerzo titánico, pero al final quedaron más o menos aseguradas. Lo más difícil fue preparar los montajes, hacer nudos con unos dedos que parecían de otro no era nada fácil, incluso el mero hecho de poner el tope al boilie era una tarea complicada. Pero… una vez realizado el trabajo, los montajes volaron raudos hacia el micro cebadero para intentar engañar a alguna de las carpas que se acercaran por la zona.
Todos sabemos que una parte esencial para poder conseguir capturas en invierno pasa por mostrar nuestro cebo de anzuelo lo más atractivo y atrayente posible, y esa labor,se la hemos encomendado a uno de los métodos en los que más confiamos y que resulta muy efectivo en agua fría, que no es otra cosa que el uso de las pastas. Tan delicada tarea se la hemos encomendado a la pasta ROSEHIP de MISTRAL y la potente pasta de SBS, CORN PASTE. Esta última, contiene en su composición el mejor difusor de aroma conocido para el agua fría, el CSL (licor de maíz fermentado).Y con este apoyo de las pastas en nuestros boilies, habíamos metido toda la carne en el asador para conseguir atraer a las ahora perezosas carpas.
Con todo dispuesto transcurrían las hora entre tomar un trago y comer algo, pero sin asomo de actividad. Habíamos llegado a las horas centrales del día y aún estábamos a 0ºC, aún hacía mucho frío, pero de vez en cuando el sol asomaba entre las nubes para calentarnos el cuerpo y la moral, ya que era en esos momentos cuando divisábamos alguna cabriola por las cercanías del micro cebadero, visión que nos hacía albergar algo de esperanza. ¡Y no nos equivocamos!, pues fue en uno de esos momentos donde una de las alarmas comenzó a marcar una picada, al principio lenta, muy lenta, para inmediatamente dejar el tensor bajado, permaneciendo así durante algunos segundos que nos parecieron interminables, para iniciar el ascenso lentamente hasta empezar a sacar nylon del carrete. En ese instante, justo en el momento que la primera nota de la alarma entraba en mi oído, clavé fuertemente pero… no tuve buenas sensaciones, la línea, en el momento de la clavada se había quedado demasiado tensa, sin notar ningún tipo de movimiento al otro extremo. Y efectivamente mis peores augurios se hicieron realidad, la línea estaba enganchada, mala suerte, esto ¡es mala suerte!, y entre maldiciones dejé el carrete libre para ver si el pez se liberaba por si solo del enganche. Tras una hora esperando algún movimiento del pez, no sucedió nada e incluso llegué a dudar que al otro lado hubiera habido un pez en algún momento. Así que la recogí, e inevitablemente partí, una pena, con lo difícil que es conseguir una picada en estas condiciones y la oportunidad que tengo la estropeo. Pero bueno, eso son lances de nuestra afición que no podemos controlar, así, que a preparar de nuevo el montaje y lanzarlo cerca de donde se había producido la picada; aunque eso sí, poniendo atención en evitar la dirección en la que anteriormente se había producido el enganche.
Pensamos que habíamos tenido nuestra oportunidad y la habíamos desaprovechado cuando… una alarma comienza a sonar con intensidad, la picada había sido franca, pero antes de llegar a clavar paró. Transcurrieron algunos segundos antes de que la alarma volviera a marcar la huida del pez que se sentía atrapado, y José Miguel, un compañero del club que nos acompañaba, no dudo en clavar y pelear firmemente, pero la carpa no presentó mucha disputa y mansamente se acercó a la orilla, donde tras un par de envestidas acabo en el salabre. No fue una carpa de record, pero para la época del año en la que estábamos, al menos era una captura. Un bello pez de clara librea que se aproximó mucho a los diez kilos, y que tras las malas sensaciones de haber perdido la primera picada, nos supo a gloria.
Tras esta captura el día empeoró drásticamente, levantándose un viento que helaba hasta las piedras, y terminamos la jornada tal como empezamos, helados de frío. Pero con la recompensa de saber que la estrategia que habíamos preparado, estaba dando frutos.
Esta no fue la única jornada que disfrutamos, pues no tendría sentido realizar un cebadero a largo plazo, aunque sea micro, para pescarlo una sola vez. Así, que realizamos varias jornadas más en el micro cebadero con resultados parecidos, y cada jornada que pasábamos nos reafirmaba el acierto que tuvimos al preparar esta estrategia.

MI EXPERIENCIA EN ESTA ESTRATEGIA.
Durante el tiempo que hemos estado preparando y poniendo a prueba esta estrategia, hemos experimentado; desde la ilusión de preparar las sesiones como si fueran las primeras, hasta la desilusión de perder peces, pasando por la extraordinaria sensación de haber conseguido resultados tras poner a prueba una teoría personal. Es gratificante conseguir una captura con tus propios boilies, pero esa sensación se multiplica cuando consigues las capturas en unas condiciones tan poco favorables y tras haber apostado por una estrategia poco convencional, cuando lo más sencillo hubiera sido utilizar lo que hasta ahora habíamos aprendido.
En estas jornadas hemos podido constatar la efectividad que presentan las pastas en situaciones tan complicadas, que con su disolución progresiva, crean alrededor del cebo un extraordinario foco de atracción lleno de aromas y nutrientes que las carpas no pueden esquivar, por muy perezosas que se encuentren.
También hemos aprendido que no es necesario hacer frente a un gasto excesivo para tener y mantener un cebadero a largo plazo, pues al igual que con la receta que nosotros hemos utilizado, estoy seguro que se puede llevar a cabo la estrategia del micro cebadero con otra clase de boilies y cebos. Lo bueno de esta receta es, que ha dado buen resultado, al menos a nosotros, por lo que posiblemente utilizando cualquier cebo de alto contenido en proteínas se pueden conseguir buenos resultados.
Algo muy interesantes es que la estrategia del micro cebadero no solo tiene el atractivo de haberse mostrado eficaz en una época fría, sino, que podemos seguir manteniendo el micro cebadero cuando las temperaturas comiencen a subir, y así, utilizar y aprovechar el interés que los peces han podido adquirir sobre la zona para continuar el cebadero en épocas de mayor actividad. Cuando las condicones mejoran, podemos aumentar la cantidad de alimento en el cebadero de invierno recurriendo a semillas y pellets.
También hemos constatado que, el uso de bajos cortos nos ha dado mejor resultado, pues favorecen la clavada, ya que las carpas toman el cebo muy tímidamente en esta época.
Y bueno compañeros, solo queda que nuestra experiencia aquí narrada os pueda servir en vuestras sesiones futuras.
Un saludo, y que disfrutéis del Carpfishing.



UN FLOTADOR PARA ZIG RIG… POR NECESIDAD.


Es curioso, pero algunas veces en nuestras escapadas de pesca nos encontramos con situaciones del todo imprevistas  que no siempre podemos atajar de la forma más eficiente. Y es justo lo que nos pasó a Javier y a mí en una de nuestras jornadas. Llegamos al puesto que habíamos seleccionado hacía unos días para disfrutar de lo que presumíamos sería una buena jornada de pesca, y la primera impresión al llegar al embalse fue que se nos daría bastante bien por la cantidad de actividad que veíamos… pero nada más lejos de la realidad, la actividad se sucedía continuamente, pero las picadas no llegaban. Algo extraño estaba sucediendo que no llegábamos a comprender, hasta que se nos ocurrió que los peces podían estar alimentándose en capas superficiales del agua, así que empezamos a valorar un cambio de técnica.
La técnica más idónea para pescar diferentes estratos de agua sabíamos que sería con un zig rig, pero pescando en una profundidad de entre 6 y 8 metros teníamos pocas posibilidades de hacer que un pop up o un trozo de foam levantara 5 o 6 metros de línea para colocarse allí donde queríamos, y la única forma de conseguir lo que buscábamos era utilizar un flotador para zig rig, accesorio del que no disponíamos en ese momento. Pero como bien dice el refrán, “la necesidad agudiza el ingenio” y rebuscando entre el material que teníamos a nuestra disposición, conseguimos juntar diferentes accesorios que bien podían servirnos para elaborar un flotador para zig rig que nos ayudara a conseguir alguna captura.
Entre los cacharros que sacamos de los bolsos y cajas, seleccionamos estos:
-          Boya de corcho
-          Anti enredos rígido
-          Dos conos de clip anti enganches
-          Topes para plomos corredizos o in line
-          Una perla de goma
-          Hilo de seda o nudo de inglesa
-          Pegamento rápido
Con estos elementos conseguimos fabricar una boya que nos sirvió como flotador de enlace entre el bajo de línea y la línea madre, consiguiendo así que pudiéramos presentar el montaje a escasos centímetros de la superficie.

LA FABRICACIÓN.
El primer paso es pasar el antienrredos rígido a través de la boya de corcho procurando que quede bien fijo dentro de ella, para lo que utilizamos en la punta del antienrredos que asoma por la parte más ancha de la boya uno de los conos de clip antienrredos, que impregnaremos de pegamento antes de ajustar el conjunto dentro de la boya. El antienrredos no debe superar un tercio de la longitud del cono, para que quede el suficiente espacio para alojar el emerillón que unirá la línea madre con el bajo de línea.Una vez finalizado el paso anterior se va tomando forma nuestro flotador quedando bastante estable. Pero para mejorar y fortalecer esa estabilidad introducimos el otro cono que habíamos preparado, en el otro extremo del antienrredos hasta dejarlo bien incrustado dentro de la boya, habiéndolo impregnado de pegamento anteriormente. Ahora ha quedado bien fijo el antienrredos a la boya y sin problemas de movimientos extraños.
Ya tenemos flotador para zig rig confeccionado, pero aún tenemos el tope para plomo corredizo, el cual utilizaremos introduciéndolo en la punta que nos ha quedado descubierta del antienrredos, haciéndonos las veces de protector de nuestro flotador ante los impactos del plomo al lanzar.
UTILIZACIÓN:

Ahora ya solo nos queda de los elementos nombrados, el hilo de seda y la perla, que en realidad no los utilizamos para la elaboración del flotador para zig rig, sino que son nuestros útiles para elegir la profundidad a la que queremos pescar. Su uso es muy sencillo, al igual que si colocáramos un flotador para inglesa solo que a la inversa. Colocamos en la línea principal hilo de seda o el nudo de inglesa, y a continuación introducimos la perla de goma que hará de tope para que el plomo no se desplace más allá de el punto que hayamos seleccionado con el nudo. Una vez realizado esto, introducimos un plomo de emerillón ancho y tras él nuestro flotador artesanal, una vez pasada la línea principal por el flotador anudamos un emerillón que se fije en el interior del cono que hemos puesto en la parte superior de la boya, y ya solo nos queda preparar un bajo para utilizarlo con el flotador para zig rig.


El bajo se puede confeccionar con nylon o fluoro carbono, ya que son más rígidos y será más difícil que se nos enreden en el lance, ya que al menos debemos hacer unos bajos de 60cm para separar la presentación del flotador, y utilizando anzuelos pequeños con foam o boilies de alta flotabilidad como cebo nos puede dar muchas alegrías. Como briconsejo os diré que podemos pintarlo del color que más nos interese.
Bueno, hasta aquí la elaboración del flotador casero para zig rig que espero, que al igual que a mí me salvo de lo que pudo ser una deprimente jornada, os pueda ayudar a vosotros en alguna de esas situación en las que nuestras amigas las carpas no quieren comer en el fondo.


Un saludo y que disfrutéis del Carpfishing.

           

5 comentarios:

  1. Muy guapo el artículo. Seguro que nos sacará de algún apura a más de uno.

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  2. Gracias Tino. La verda que es muy efectivo después de lluvias torrenciale o intensas, ya que llevan a ríos y embalses muchos insectos, anélidos y crustaceos que quedan en suspensión y en superficie.

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  3. Buen reportaje, con muy buena definición. Gracias por compartirlo!!!

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  4. Bueno bueno si señor, Oy mismo lo pondré en práctica, si no todo lo que la situación me pida, muchas gracias compañeros.

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  5. Ahora si se de qué se trata... jajajaja

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