Metidos de lleno en
plena conmemoración anual cristiana de la pasión, muerte, y resurrección de Jesús de Nazaret, algunos compañeros del club
han decidido pasar algún que otro día en las orillas al disponer de estos días festivos,
tenemos varios puntos calientes, donde nos van llegando noticias de las
peripecias que se suceden, de momento, y
cruzamos dedos, la cosa no se está dando nada mal y la pesca está dando la
cara.
Uno de esos afortunados
es nuestro amigo Miguel, quien ha decidido que el día de hoy lo dedicaría a la
pesca que no a pescar pensaría él, la verdad es que ha sufrido una serie de
bolos consecutivos que ya no podían alargarse más en él tiempo, sea bendición
de la suerte, no prorrogación del infortunio, o el musitar de una plegaría divina propia de la fecha, hoy ha disfrutado de lo lindo.
Bien temprano estaba en el puesto elegido, donde ha contado con la compañía durante unas horas de nuestro buen amigo Chato, cansado de probar toda clase de bolas comerciales y caseras sin buenos resultados en las últimas semanas, ha decidido volver a todo un clásico, el maíz de toda la vida, también ha probado con chufa artificial y pellets de halibut.
Sondeando el lugar y no retirándose mucho de la orilla, ha memorizado con ayuda de su barco cebador los puntos donde lanzaría las cañas, la zona estaba bastante limpia y contaba con unos tres metros de profundidad, alrededor de los puntos marcados ha esparcido algo de grano, maíz sobretodo, algunos micropellets y tacos de vacas rociados con remojo para dotarlos de mayor poder de atracción.
Concluida tal tarea han montado los equipos, preparados los montajes con sus correspondientes mallas de pva y han lanzado las cañas.
No llevando éstas mucho tiempo en el agua, se han percatado de la primera picada del día al escuchar como una de las alarmas los ponía sobre aviso, ha sido casi como llegar y besar el santo, después de un rato de incertidumbre Miguel conseguía hacer llegar a su moqueta una carpa no demasiado grande, pero cortaba de raíz la mala racha acumulada hasta el momento, por lo que la alegría ha sido inmensa, como se dice que lo que funciona mejor no cambiarlo, el amigo repuso los granos de maíz perdidos en el combate y a esperar una nueva picada.
Pues dicho y hecho, no tuvo que esperar demasiado, pues en cuestión de unos minutos después de la primera picada, Miguel tenía una nueva y lograba cobrarse la captura, se trataba nuevamente de una carpa de similar tamaño pero que suponía una nueva alegría.
El pez se estaba mostrando activo con continuos saltos, nuestros amigos decidieron recebar un poco para seguir manteniéndolos por la zona, y obtuvieron sus frutos pues en menos de una hora contaban en su poder con 3 nuevas capturas y otra que se escapó casi en el borde de la sacadera, esta vez eran los barbos los que no se pudieron resistir a probar los cebos del anzuelo, curaron las piezas, se fotografiaron con ellas y de vuelta al agua, tanto los peces como las cañas, no estaba el panorama para perder el tiempo pues la sesión estaba siendo más que fructífera.
Y casi sin tiempo para sentarse en la silla, se suceden tres nuevas picadas en las cañas de Miguel, estaba sobrado, logra sacar las capturas fuera del agua y sumarlas en su casillero particular, era el momento de vacilar al compañero Chato, pues el repaso era ya importante.
Después de almorzar y comentar como se estaba dando el día, el amigo Chato recogió bártulos y emprendió el camino de vuelta, ya había apurado más de lo que podía quedarse, momento que aprovecho Miguel para probar con nuevos cebos y volver a meter una pequeña cantidad de cebo en el cebadero. Con el barco cebador aún en plena faena de la encomienda dada, tuvo que dejar tal labor y apresurarse a ir a una de sus cañas pues tenía una nueva picada, se trataba de un hermoso barbo el que conseguía llevar a su moqueta, al estar ya el solo lo fotografío como bien pudo, lo curo y devolvió al agua.
Los continuos saltos y burbujeos de los peces animaban a pensar que la anterior captura no sería la última, y que cierto era, pues con unos 15-20 minutos de margen entre una y otra, Miguel depositaba en la moqueta dos nuevas piezas, una carpa que entró al efectivo maíz, y un barbo muy majo y sano que lo hizo al pellets, poseedor de un color blanquecino precioso y que le ha brindado al compañero una muy buena arrancada y una magnifica lucha, no estaba por la labor de dejarse vencer tan fácilmente.
Con nubes en el cielo, tónica
de todo el día, pero ya más negras y con mayor presencia de viento, el
compañero da por finalizada esta espectacular sesión que se ha marcado
entre pecho y espalda, esta semana con un tiempo de locos y la pesca bastante
inactiva en el lugar, hoy parece que la situación se ha revertido y los peces
han estado la mar de activos, por lo menos ha pasado un rato entretenido y a gusto, esperemos que sigan así en los próximos días y
nos hagan disfrutar tanto o más como a nuestro amigo, enhorabuena Miguel por una
jornada tan estupenda y por haberla compartido con nosotros, que sea
el comienzo de una serie de exitosas salidas de pesca y digas adiós al malvado
BOLO que te/nos rondaba, mientras tanto, estamos atentos a las novedades que
nos trasladen los compañeros para poder compartirlas con todos vosotros y poner
los dientes largos a los que no hayan podido salir de pesca estos días, entre
los cuales se encuentra este pobre narrador que espera redimirse en breve, hasta la próxima.......