Si hay un embalse que está en la mente de todos los aficionados al carp fishing es, sin lugar a dudas, Orellana. Emblemático embalse para todos los carpistas por su belleza, por los ejemplares que esconde, pero sobre todo... por su dificultad.
Ha transcurrido poco tiempo desde el primer
cambio atmosférico que se ha producido, pero este pequeño descenso en la
temperatura junto a una notable bajada en la presion atmosférica, posiblemente
hayan sido unos de los factores más relevantes en el éxito de Julián y José
Manuel en esta sesión tras las carpas de Orellana.
DEDICACIÓN=RESULTADOS.
Gracias a la cercanía del escenario de pesca
a sus respectivas residencias, los compañeros de Snowman, decidieron dedicar unos
días a estudiar diferentes zonas del embalse en busca de unas características
determinadas las cuales habían decidido que serían las más adecuadas a la hora
de dar con los esquivos peces de este embalse. Buscaron y localizaron un área
con una pendiente suave en la que el agua fuera ganando progresivamente
profundidad con un fondo limoso y arenoso que no careciera de puntos de interés
como; obstáculos, pequeñas pozas y algunos desniveles inclinados. Puntos estos
muy interesantes para depositar en ellos los montajes, y áreas abiertas para
crear una zona de cebado fácil de encontrar por las carpas que por allí
pasaran. Con la inestimable ayuda de la ecosonda, no tardaron mucho en
identificar dentro de la zona que habían seleccionado, varias de las
características que estaban buscando como; una profundidad progresiva,
presencia de herbarios, algunos obstáculos sumergidos y un fondo limoso de poco
grosor en una zona suficientemente amplia y despejada en la que iniciarían el
grueso del cebado.
La localización del pesquil conllevó varios
días de visitas expedicionarias a diferentes sectores del embalse hasta dar con
el lugar que consideraban más adecuado, pero el trabajo de preparar la sesión
no había hecho más que empezar, ya que una vez definida la zona donde realizar
la sesión, quedaba el trabajo más duro, que no es conseguir sacar los peces,
sino, preparar un cebado con el que maximizar las posibilidades de capturas en
las sesiones que allí se realizarían.
UN CEBADO CONCIENZUDO.
Si gran parte del éxito de una sesión reside
en la elección de un buen sitio, no menos importante es el
cebado de la zona.
Una primera jornada de cebado que se compondría de abundante grano como; maíz, haba, chufa, cañamón y trigo, acompañado de unos kilos de boilies, sería la base donde
se asentaría la estrategia a seguir, la cual constaría de varios días más de
cebado en los que a medida que se aproximaban a la fecha en la que probarían
por primera vez su estrategia, menguaron la cantidad de grano en su cebado para
incrementar la cantidad de boilies del mismo en pos de la obtención de
resultados más rápidos, manteniendo cebo en el área pero en menor cantidad
y más localizado, con lo que querían
conseguir que las carpas, afanosas en busca del alimento que la zona les había
brindado durante esas semanas, localizaran más rápidamente sus posturas.
Dos semanas les separaban ya desde el día en
que arrojaran por primera vez en la zona que habían seleccionado los primeros
kilos de semillas y boilies que iniciaron el cebadero, y ahora llegaba el
momento de la verdad, el día en el que debían comprobar si la elección de la
zona y la de la estrategia de cebado desplegada en ella habían sido las
correctas.
INICIO DE LA SESIÓN.
La llegada al puesto de pesca no podía ser
más exultante por parte de los compañeros, tenían dispuesto el lugar que
querían, y cebado de la forma que habían querido, por lo que no tardaron mucho
tiempo en preparar los equipos y las artes para tentar el escenario con los
boilies de Vital Bait, los cebos con los que habían decidido tentar a las
carpas en esta sesión. La tarde estaba cayendo y no perdieron el tiempo para
preparar los bajos y ubicar las posturas en los spot, y con todo dispuesto
llego el momento de relajarse observando como el sol se escondía por el
horizonte.
Las horas de una noche estrellada y de
agradable temperatura transcurrían entre el único sonido de algunos peces
saltando por la zona, sonido inconfundible de que las carpas merodeaban por el
cebadero, lo que mantenía elevado el ánimo y la esperanza de que en cualquier
momento comenzara a sonar una alarma.
La primera picada se produjo en el momento
más inesperado, cuando el embalse estaba totalmente calmado y hacía tiempo que
los repetidos saltos que se habían estado escuchaban en la zona habían cesado,
por lo que les sorprendió la brusca arrancada en una de las cañas ubicadas en
el cebadero. La clavada fue rápida, y tras unos minutos luchando con el pez,
este se soltó provocando un momento de gran decepción. Tras inspeccionar el
bajo en busca de la posible respuesta a la huida del pez, la caña volvió a
posicionarse con la esperanza de que si se producía una nueva picada, esta vez
hubiera más suerte. Este primer pez que se ha negó a ser extraído del agua
podía ser la confirmación del acierto en la estrategia llevada acabo, por lo
que las esperanzas en vez de decaer, aumentaron considerablemente, ya que aún
quedaban muchas horas por delante y la actividad observada en la zona era muy
prometedora.
Y SE PRODUGERON LAS PICADAS.
Habían transcurridos dos horas desde el pez
que logró zafarse del anzuelo cuando… una nueva señal acústica anuncia la toma
del cebo por parte de otro pez. Nuevamente una enérgica toma de la caña para
realizar la clavada y el pez emprende una fuerte huida que provoca un crujir
del material esforzándose al máximo. Afortunadamente parece que este pez está
bien clavado y la sensación en la pelea hace sentir que esta vez el pez llegará
hasta la moqueta como así fue, depositando sobre ella una hermosa carpa común
que pararía la aguja de la báscula en diecisiete kilos, convirtiéndose en el
primer pez de la sesión y en el de mayor tamaño, ya que a esta le seguirían un
buen número de ejemplares más que hicieron las delicias de nuestros
“afortunados” compañeros, que vieron ampliamente recompensado su esfuerzo con
una sesión de las que se consiguen pocas veces, y que sin lugar a dudas, crean
afición.
Esta sesión pone de manifiesto que estamos
entrando una prometedora época para el carpfishing, en la que se pueden
conseguir excelentes capturas, pero sobre todo, esta sesión es un claro ejemplo
de que el carpfishing no es solo llegar y pescar, sino, que en la consecución
de grandes sesiones hay un buen número de horas invertidas para que esto
suceda, y que el trabajo que conlleva la preparación de una sesión suele ser
recompensado cuando se han tenido unos criterios de elección claros tanto en el
escenario como en la estrategia.
¡Enhorabuena compañeros!
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