APROVECHANDO HASTA EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO.
Varios amigos decidimos
pasar los últimos días del año donde más nos complace y nos hace disfrutar, en
la orilla, intentando pescar algo. Planteando y planificando la salida, el día
elegido fue el pasado 28 de Diciembre, no se trataba de ninguna inocentada o
broma, estábamos plenamente decididos a terminar el año disfrutando de esta
pasión que nos revitaliza, éste tricentésimo sexagésimo tercero día del año, no
lo pasaríamos en casa, no señor.
Era Viernes y el reloj
marcaba las 16:00 horas de la tarde cuando nos reunimos, cargados todos los
trastos en el coche, fuimos al lugar escogido para intentar engañar a algún
pez, con la máxima ilusión en la mente de que uno de esos ejemplares fuera un
majestuoso barbo, sin duda una tarea nada sencilla, y que requeriría un arduo
trabajo y gran dosis de suerte.
No íbamos precisamente sobrados
de tiempo, pues pronto anochecería, nuestro compañero LuisFer recién operado de
la rodilla necesitaba de la ayuda de sus muletas, nos encontramos con un camino
embarrado y casi intratable debido a las lluvias caídas y por si fuera poco
pinchamos una rueda del carro de José Miguel (Chato), lo que nos retrasó aún
más.
Parecía que la cosa se complicaba por momentos, y más aún, cuando antes de
llegar al lugar de pesca, el compañero Chato sufrió una de esas caída tan
tontas como dolorosas, que le hizo cojear todo el fin de semana y tener la
rodilla inflamada, y a nosotros sin saber si reírnos por las desgracias
encadenadas en tan poco tiempo, o reprimir estoicos las carcajadas en pro de
compadecernos del infortunio del pobre compañero.
Aunque no habíamos
empezado con buen pie, nada de lo sucedido pudo menguar nuestro entusiasmo y
ganas de pasar una jornada fantástica, así que tan pronto como llegamos nos
apresuramos a montar los equipos, pues quedaba muy poco tiempo de luz.
Quisimos
sondear bien la zona y cebarla, pero debido a un error “técnico”, falló el
barco cebador y tuvimos que posponer tal quehacer hasta el amanecer del Sábado.
Nos fastidiaba perder tantas horas sin el cebado apropiado en el agua, pero con ayuda del
cobra y unas mallas de pva, metimos tanto como pudimos. Aun así
tuvimos varias picadas fallidas y varias capturas de carpines, estaban muy
hermosos, pero no era lo que buscábamos precisamente.
Ya en el amanecer del
Sábado, nos levantamos bien temprano, solventado el problema del barco cebador,
y viendo la actividad del pez durante la noche, y las zonas de saltos y
burbujeo, esparcimos varios kilos de semillas menudas y pequeñas por la zona.
También micropellets variados, tanto en sabores como en tamaños, y nuestras queridas mallas de pva.
Con el trabajo ya
hecho, nos metimos entre pecho y espalda un delicioso y contundente desayuno,
mientras esperábamos al compañero Óscar que llegaría minutos después, cuando lo
hizo le ayudamos a montar su equipo mientras esperábamos alguna picada, sin
separarnos del brasero, quien se había convertido en nuestro mejor amigo, pues
la rasca que hacía era de categoría, y se levantó mucha niebla también.
Se acercaba la hora de
comer, cuando pi pi pi…….. ese dulce sonar de las alarmas nos avisaba de una
picada, era en las cañas del compañero LuisFer que se apresuró a clavar y
consiguió engañar y llevar a la sacadera a un hermoso barbo. No era mala forma
de irnos a comer, en la mesa nos esperaba un delicioso guiso que llevaba unas
horas preparándose, un arroz con pájaros exquisito, que bocado tan delicioso,
cada cucharada de arroz iba acompañada de un pedazo de carne, libando hasta la
última gota de su jugo.
Justo después de llenar
el buche, y mientras se preparaba el café, teníamos una nueva picada, era el
compañero Chato el afortunado, después de un tiempo logró hacerse con la captura y para muestra esta fotografía.
Y así íbamos viendo cómo
se despedía el sol, mientras caía sobre nosotros la noche y nos envolvía en su
oscuridad y álgida temperatura, a la par que nos refocilábamos entre risas,
buenos piscolabis, bebida y partidas de Póker, todo ello bajo el cobijo que
proporciona una buena estufa, y que en éstas fechas se convierte en un
utensilio vital. Mientras preparábamos
la cena, como veréis otra cosa no, pero somos de buen diente, teníamos más
capturas de carpines, estaban metidos en el cebadero y ya llevábamos varias
capturas de éste ejemplar.
Mientras charlábamos
junto a la placentera lumbre, puede dar fe nuestra amiga Dolsa que no se separó
de ella, LuisFer logro otra captura de un precioso barbo, el cebadero estaba
dando sus frutos, no habíamos tenido tantas capturas como en otras ocasiones, pero
no podíamos quejarnos, después de esperar varias horas alguna otra picada, el
frío y la lasitud hicieron que optáramos por recostarnos un rato para reponer
fuerzas, a lo largo de la noche solo tendríamos picadas de más carpines.
Amanecía pues el
Domingo, en principio era el día elegido para partir, pero vista la actividad y
continuos saltos de los peces, que el cebadero estaba en lo mejor, y que
pensábamos que era el mejor momento para tener más capturas, decidimos
prolongar nuestra estancia unas horas más, y quedarnos hasta el día siguiente. Así que desayunamos unos
buenos creeps de la mano de Carmelete, mientras preparaba los ingredientes para
nuestras queridas “Gachas”, ya sabéis que no pueden faltar en nuestras sesiones
de pesca, y nosotros a su vez elaborábamos diferentes montajes y sustituíamos
los cebos de las cañas.
Para amenizar la espera
de una nueva captura, algunos compañeros tentaban al Lucio, con buenos
resultados, otros rebuscaban y apilaban leña para la lumbre, mientras que otros
dábamos paseos por la zona, fotografiando el paisaje, en uno de esos momentos
pude inmortalizar a éste amiguito.
Mientras Carmelete estaba batallando con una
nueva captura en una de sus cañas, una muy buena captura.
El día estaba muy frío,
y la niebla había aumentado una barbaridad, pronto oscurecería, algunos
compañeros aprovechaban para cebar la zona o cambiar cebos para tenerlos bien
por la noche, era ya la hora de la cena, un rico conejo al ajillo y huevos
revueltos con vinagre, cuando un gemido interrumpe el silencio de la noche, era
el sonido de una de las alarmas del compañero Óscar, después de una buena
carrera, pues sus cañas eran las últimas, logro fotografiarse con un barbo muy
bonito que suponía su record en ésta especie, que alegría se llevó tanto él
como el resto de nosotros.
Y es que es un caso
especial, por ello nos quedamos anonadados y no era para menos, cuenta la
leyenda y difunden las malas lenguas, la existencia de una maldición, la
temible maldición de Oskarpón, que alcanza de lleno y provoca la execración al
“Bolo” de todos sus amigos pescadores, que una vez alcanzados, no ven ya un pez
ni en la pescadería, y nos alegró gratamente saber que no es así, al menos en
la totalidad de las ocasiones que ya es algo, y en esta ocasión pudimos
esquivar ésta espada de Damocles. Bueno, fuera de bromas y dejando a un lado
éste tono de chanza, producto del buen ambiente que reina entre nosotros,
proseguimos a relatar lo que acaeció.
Después de terminar de cenar,
pues la picada nos había interrumpido en lo mejor, tuvimos varios toques
fallidos y nuevas capturas de carpines, que hacían que volviéramos a tener que
sacar las líneas con el barco, con el trabajo que ello supone, pero peor es no
sacar nada, y justo cuando decidimos acostarnos y descansar no había pasado
mucho tiempo cuando una de las alarmas del amigo Chato empieza a sonar
repetidamente, cual rayo sale de la tienda, aun cojeando por su percance, y
logra clavar el pez, había sacado mucha línea y tras instantes de duda por
algún atranque del pez, logramos llevar a la moqueta un increíble y precioso
barbo, era muy buena pieza, sano y batallador, que alegría le dio al compañero,
como era lógico se inmortalizo con tan esplendido ejemplar, enhorabuena compañero……..
Después de sacar la
línea con el barco cebador decidimos esperar despiertos un rato junto a la
estufa, hacía mucho frío pero eran continuos los saltos en el agua y creíamos
que una nueva picada no tardaría en sucederse, decidimos acostarnos de nuevo ya
que no había picada alguna, y justo cuando no habría pasado ni un cuarto de
hora, una impresionante picada tiene lugar en la misma caña del Chato, que unas
horas antes había logrado sacar un gran barbo, esta picada era mayor y todo hacía
pensar que la captura sería muy buena, pero al poco tiempo de clavar la línea
parte y nos quedamos con la miel en los labios. Aún quedaban unas cuantas horas
para amanecer y recoger, pero ya no volveríamos a obtener ninguna otra captura,
tan solo una picada en las cañas de LuisFer que enseguida se soltó, y por el
peso apuntaba a otro carpín, y es que habíamos sacados bastantes ejemplares,
cosa que nunca nos había pasado en el lugar, pero en ésta ocasión quisieron
picar tanto ellos como algunos barbos, no logramos engañar a ninguna carpa esta
vez.
Amaneciendo ya el Lunes,
y a la vera de nuestra confortable lumbre tomando el último café calentito de
la jornada, y una vez recargadas las pilas, nos pusimos manos a la obra y
comenzamos a desmontar los equipos y trastos varios, y como no, aprovechamos para
hacernos las pertinentes fotografías con las últimas capturas. Una vez terminada la
tarea, nos despedimos de los amigos deseándoles un buen regreso, una buena
despedida y comienzo de año, pensando en verlos pronto, y así, emprendimos el
viaje de vuelta a casa, faltaban pocas horas para despedir el año con la
familia y amigos y no podíamos perdernos eso.
Así dimos por concluida
esta espectacular reunión entre amigos, éste breve paréntesis, pues ya estábamos
cavilando cual sería el próximo escenario a visitar, y no tardaremos mucho en
hacer alguna otra escapada, sin otro particular, aprovechamos la ocasión para
desearos felices fiestas a todos, un feliz año nuevo cargado de salud y de
muchas capturas, hasta la próxima………..
Oé oé oé.... ha sido una buena salida, buenos amigos, buena comida, estancia perfecta...ni frio ni nada, y encima conseguimos buenas capturas. carmelo muy buen articulo, cada vez que leo alguno tuyo, la memoria trabaja y el recuerdo es tan real....
ResponderEliminarEnhorabuena!!! Y tb a los afortunados en tal sesion.... un saludo