Aunque en las últimas semanas han
bajado considerablemente las temperaturas, y la actividad del pez ha menguado
progresivamente, esto no es ningún impedimento para armarnos de valor, ganas e
ilusión, y salir al encuentro de intentar toparnos con algún buen ejemplar, que si no
llega a producirse, nadie nos quitará lo bailado y lo que disfrutamos de
nuestra pasión, y si la caprichosa suerte no es para hoy, será para mañana, o
cualquier otro día, lo primordial es seguir intentándolo. Pues con ese pensamiento de fondo,
os relatamos la última salida de unos compañeros del club, en ésta ocasión los
afortunados han sido Revi y Juanan.
Después de varios días observando,
tanteando, y probando suerte en diversos lugares, nuestros amigos se decidieron
finalmente por un lugar en concreto para su siguiente salida de pesca, les gusto la zona,
las posibilidades que intuían que podía ofrecerles, sus características, la
actividad que presenciaron, en definitiva, un cumulo de sensaciones que les
llevo al convencimiento y firme intención de probar suerte en dicho punto y
decantarse por él.
Con la tarea de elegir lugar ya
tachada de su lista de faenas pendientes, era hora de pasar al siguiente punto
y preparar el escenario con la idea de intentar acrecentar al máximo la posibilidad
de pescar algo, para ello, durante la semana anterior a la jornada de pesca,
estuvieron cebando diferentes puntos calientes, como hemos dicho, con el fin de
facilitar la labor de atraer al pez hacia dichos puntos.
Finalmente llegó el día tan
ansiado, ya cargados todos los trastos en el coche, emprendieron el camino, aún
no había amanecido cuando ya se encontraban allí, sin más vueltas ni
miramientos, se apresuraron a ir montando los equipos y preparando los diversos
montajes y cebos que iban a utilizar en la sesión.
El grueso del cebado, como dejábamos
constancia líneas atrás, ya lo habían realizado días antes, así que solo
optaron por un cebado menudo y ligero, a modo de mantenimiento, limitándose a
una pequeña cantidad de boilies, micropellets y mallas de pva.
Nada más llegar fueron testigos
de algunos saltos de los peces, y con las cañas ya lanzadas al agua, no quedaba
otra que esperar, y cuál fue la sorpresa, que esa espera no sería ni por asomo
tan exigua como ni en el mejor de los casos podían esperar, apenas pasados unos
quince minutos, un pitido de una de las alarmas, rompe el silencio del lugar,
el afortunado era el compañero Juanan que se apresuró a clavar al pez,
enseguida notó que tras la línea se escondía un buen ejemplar, con tranquilidad
y sin forzar al animal, después de una bonita lucha, logró llevar a la sacadera
a una hermosa carpa de 10Kg, sin duda empezaban con muy buen pie.
Disparada la adrenalina de una
captura tan temprana, con el añadido de ser además una muy buena captura, aún
estaba presente la emoción que palpitaba en sus palabras, al conversar de la
picada.
Las siguientes horas transcurrirían
sin picadas ni movimiento de peces en el agua, por lo que nuestros compañeros
aprovecharon para preparar un rico bocado, habían madrugado, y era la hora
propicia para reponer fuerzas mientras esperaban la próxima picada.
Sobre las dos de la tarde fue
cuando tuvieron que salir disparados como balas ante la presencia de una nueva
picada, en ésta ocasión le tocó al amigo Revi, que no solo clavó el pez, tuvo
la habilidad de hacerse con la captura, e inmortalizar el momento con esta
preciosa fotografía, junto a una hermosa carpa de 12’5 kilos de peso.
Ya se habían quitado un peso de
encima, ambos habían logrado tener
alguna picada, y aún quedaban algunas horas por delante para poder incrementar
el número de capturas, y así fue, pues no había pasado ni una hora cuando Revi
tenía dos nuevas presas en su haber, dos preciosas carpas de 8 y 11’250 kilos
respectivamente.
Y dicho y hecho, cuando parecía
que se marcharían ya sin una nueva picada, una de las alarmas de Juanan quiso
dejar claro que no estaba de acuerdo con ésta posibilidad, avisando que una
picada estaba teniendo lugar en ese preciso momento, mientras, Revi esperaba sacadera
en mano a que su amigo acercase el pez a la orilla para poder introducirlo en
ella, finalmente lo lograron, tras las mallas de la sacadera se escondía una
batalladora y bonita carpa de 7’5 kg, y cuando aún estaban desanzuelando al
animal Revi tenía que correr como alma que lleva el diablo pues una de sus
cañas era la protagonista de la última picada de la noche, una arrancada
espectacular, que tras una buena lucha, se convirtió en una gratificante pieza
cobrada, un ejemplar de carpa muy digno y con un peso de 10’5 kg. Sin más,
comenzaron la tarea de desmontaje de campamento base y trastos mil, con la
satisfacción del trabajo bien hecho, y la más que aceptable recompensa.
Y así dieron por concluida ésta
magnífica escapada entre amigos, un fantástico día lleno de amenas y
entretenidas conversaciones e intercambio de impresiones y opiniones, y de
grandes capturas, ni que decir tiene que no tardaran mucho en cargar nuevamente
trastos en el coche y otra vez a dar guerra a pie de orilla, solo me queda darles
la enhorabuena por los peces conseguidos, y el buen trato dado tanto al entorno
como a las propias capturas, en cada una de sus salidas, y por último y no menos
importante, las gracias por tener a bien compartirlo con todos nosotros, hasta
la próxima……
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