Hay
momentos en los que la primera impresión es desalentadora, tal y como me
ocurrió en una de mis sesiones de pesca…
Una
enorme sensación de emoción recorría mi cuerpo mientras trataba de doblegar el
pez que momentos antes había hecho bramar una de las alarmas avisando
estrepitosamente de la toma del engaño por parte de una de las carpas que estaba
intentaba pescar.Tras unos minutos en los que el pez mostró
todo su poder al otro lado del sedal, conseguí doblegarlo y arrastrarlo rendido
y manso hasta la sacadera en la cual pude admirar la alargada figura del
ejemplar. Eufórico me sentía al ver el pez reposando en la moqueta hasta que…
de repente, al observar más detenidamente la pieza que acababa de pescar, todas
las buenas sensaciones; felicidad, entusiasmo, emoción, alegría… todo el júbilo
del momento se transformó en rabia, desazón y pesar al contemplar el maltrecho
estado físico en el que se encontraba, ya que presentaba diferentes lesiones a
lo largo de todo el cuerpo y en sus aletas.
Apesadumbrado quise analizar más
detenidamente el cuerpo del animal, y me sobrecogió la visión de una gran
cicatriz que recorría el espacio entre
la comisura de la parte izquierda de la boca, hacia la parte inferior de
la agalla de la carpa, una imagen desagradable para cualquier persona con un
mínimo de sensibilidad hacia los seres vivos.
No alcanzaba a comprender cómo se podía haber
producido semejante daño, porque distaba mucho de las heridas que algunos peces
presentan producidas al desgarrarles el anzuelo la boca mientras luchan por su
supervivencia, pero esta herida no, no era una cicatriz usual, se trataba de
una cicatrización que además había producido una desalineación en la boca del
pez, presentando una más que evidente deformidad. Seguí examinando el pez hasta
que… horrorizado encontré el motivo de tal daño; una cuerda formada por varios
hilos trenzados creaba un lazo que circundaba desde la agalla hasta la parte
final de la cicatriz en la boca de la carpa, ¡esta es la causa de todo el daño
que presenta la carpa!.
Sin miedo a equivocarme puedo afirmar que el
lazo alrededor de la agalla y la boca del pez es, el legado de un cautiverio
que, en algún momento de su vida sufrió a manos de algún inconsciente e irracional
personaje sin humanidad. Pero afortunadamente la carpa pudo zafarse de sus
ataduras y huir de lo que posiblemente
hubiera sido el drástico final de su vida. Pero ganarse la libertad no le salió
barato precisamente, ya que desde el momento en que se escabulló de las
mortales ligaduras, ha tenido que pagar un alto tributo que le ha impedido
desarrollarse con normalidad.
No puedo imaginar el sufrimiento de este
animal durante su vida después del desdichado encuentro con aquél pescador, porque
solo pensar que ha ido creciendo con un lazo que le ha estado produciendo tal
tensión, que ha deformado su estructura ósea y ha ido abriéndose camino por ella
a medida que el pez iba creciendo, me resulta desgarrador. ¿Cuánto habrá
sufrido este magnífico animal?, imposible saberlo, pero su desventura y días de
sufrimiento han llegado a su fin, aunque siempre le quedará para el recuerdo la
marca del desdichado encuentro con un irrespetuoso, despiadado e inmoral
pescador.
Mi gran satisfacción.
Con la captura de este pez he sido doblemente
recompensado, una vez por haberme sobresaltado con su alocada huida y posterior
lucha antes de ceder y entregarse, y otra mucho más gratificante como es, haber
tenido la ventura, el honor y el placer de poder liberar esta carpa de esa
maldita y dolorosa tortura que posiblemente ha estado sufriendo durante años, y
por la cual no ha podido desarrollarse normalmente, siendo este momento el
punto de partida de una nueva vida sin sufrimientos en la que nada merme sus
posibilidades de evolucionar con normalidad.
Como pescador, espero volver a encontrarme en
un futuro con (Jocker) que es el nombre con el que cariñosamente la he bautizado, y si el
azar quiere que ese encuentro se produzca, en ese hipotético día, le agradeceré
la gran lección natural que me ha enseñado esta estoica luchadora, y que es
algo que debemos tener muy en cuenta; “el deseo de vivir en libertad es el
motor y la mayor fuerza de la que
disponemos los seres vivos”, por lo que todas las adversidades son superables.
Muchas gracias Jocker.
Fantástica historia y fantástico ejemplar. Un abrazo, amigo!!!!
ResponderEliminarFloren
Muchas gracias Floro, te agradezco muchísimo el comentario.
ResponderEliminarUna buena historia. con un mejor final
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