Buenas amigos de
Snowman Carpfishing, os traemos una nueva sesión a pie de orilla, como nos
quedó tan buen sabor de boca de la anterior salida tras el barbo gitano
decidimos que sería una ocasión perfecta para volver a intentar tentar a esta
especie que nos tiene robado un pedacito del corazón y definitivamente durante
el fin de semana trataríamos de hacernos con algún buen ejemplar. Cargados los
trastos en el coche y la máxima ilusión en el cuerpo pusimos rumbo al embalse
donde la primera tarea era elegir el puesto donde plantaríamos el campamento
base.
Una vez teníamos claro
el lugar que percibíamos con mejores posibilidades y en estas fechas para que
engañar, con abundante y acogedora presencia de sombra, tocaba meter mano a los
macutos y sacar los mil trastos varios que llevamos para montar los equipos,
una vez terminada la ardua tarea y se ve todo montado sin duda no parece para
tanto, solo se nota cuando nuevamente hay que desmontar todo y hacer el tetris
en el coche.
Tocaba ahora pasar a
otra cosa, sondear la zona y elegir los puntos para lanzar las cañas se
convertía en la misión principal, después de invertir el tiempo preciso y necesario
en ésta tarea tan vital y de suma importancia era el momento idóneo para cebar
dicho puesto, como contábamos con una profundidad considerable y queríamos
concentrar el cebo cerca de nuestro anzuelo decidimos crear una especie de pasta
para unirla a las semillas pues si las hubiéramos soltado solas con su poco
peso se hubieran abierto demasiado en el agua y hasta depositarse en el fondo se
hubieran alejado del anzuelo, por la experiencia que tenemos del lugar no
queríamos tal cosa.
Por ello en un cubo
tomamos algo de agua del embalse y pusimos unos tacos de vaca, en unos minutos
estaban deshaciéndose y soltando múltiples partículas, añadimos cañamón molido
y también chufa, unos puñados de maíz molido cual harina y leche en polvo de
oveja, con ello dotaríamos nuestra mezcla de más consistencia y nutrientes,
pusimos algún remojo y a aunar todo bien, una vez estaba a nuestro gusto solo
restaba añadir las semillas preparadas el día de antes, una vez absorbieron el
agua la mezcla quedo bastante compacta, aumentado su peso bajaría enseguida al
fondo y las semillas incrustadas en ella no se desprenderían y bajarían también
sin desperdigarse, decir que también añadimos varios puñados de krispis, no
solo proporcionan un efecto crunch que puede servir de señal a otros peces de
que alguno está comiendo y como consecuencia acercarlos a nuestro pesquil y por
tanto aumentar nuestras posibilidades de picadas, también sirven poco
partículas que al flotar quedan en suspensión, muchas de ellas se escapan de la
mezcla al llegar al fondo y van subiendo hacia arriba creando una cortina de
partículas que puede llamar la atención de otros peces siendo algo que nos
beneficiaría.
Con todo preparado
tocaba esperar la llegada de la primera y ojala no última captura de la sesión,
el Capi, Scooby y el que les relata esperaban impacientes la llegada de ese
instante. Para el anzuelo utilizamos cebos naturales como maíz o lombriz,
boilies de SBS, el m1 y la piña y ácido butírico, el sk-30 de StarBaits y
nuestros queridos chato’baits, nos decantamos por los de coco, mantequilla y
piña-cangrejo que suelen gustar bastante entre los barbos del lugar y era
precisamente lo que íbamos buscando. Después de unos toques iniciales fallidos,
mientras reponía montajes y bajos perdidos en sesiones anteriores un ruido
estruendoso rasgó la quietud del lugar, el sonar continuo de una de las alarmas
indicó que se estaba produciendo una buena picada, raudos nos apresuramos a
clavar el pez, el Capi se encargó de traer el pez hasta la moqueta mientras yo
me hacía cargo de la sacadera, tras sortear la incómoda recogida debido al
peligro de una rama voluminosa enredada con la captura pudimos controlar la
situación y cobrar la pieza, el Capi se fotografío con este precioso ejemplar
de barbo gitano luchador y sano que una vez curado fue devuelto rápidamente al
agua, el chato’baits de coco fue el culpable de la captura.
A pesar de amanecer el
día con bastante presencia de nubes paulatinamente fueron desapareciendo dando
lugar a un hermoso día con una temperatura idílica, se estaba estupendamente en
la zona, el agua quieta y tranquila y los burbujeos y saltos de los peces eran
continuos y repetidos, en la orilla también podíamos ver moverse y removerse a
los pequeños alevines y ejemplares de Black Bass.
Poco a poco a medida
que avanzaba la mañana fue aumentando la temperatura y se hacía necesario
refugiarse en la sombra de los árboles del lugar para no padecer
innecesariamente, mientras Scooby se refrescaba a su manera una de las alarmas
nos ponía en sobre aviso al producirse una nueva picada, tras la clavada y
lucha con el pez lograba acercar hasta la orilla otro ejemplar de barbo gitano,
en esta ocasión era de menor tamaño pero de igual modo daba una inmensa
alegría, el amigo no se pudo resistir a unas deliciosas lombrices acompañadas
de un pequeño maíz flotante, después de la fotografía era el momento de curarlo
y devolverlo al agua, repusimos cebo y a esperar una nueva picada.
Antes de la hora de
comer tuvimos unas cuantas picadas fallidas y otras que llegaron a buen puerto
pero se trataba de ejemplares de barbos de muy pequeño tamaño, se acercaba por
tanto la hora de hacer un alto en el camino para tomar un bocado y Scooby fue
el primero que llegó a formar filas cuando le llegó el olor de la carne que
tanto le gusta y a la que no le aparto ojo mientras el Capi le preparaba el
plato.
Unos ricos huevos con
vinagre también nos esperaban en la mesa, mientras estábamos liados con ellos y
el resto de víveres presentes para la manduca, tuvimos una nueva picada que
hizo que tuviéramos que salir corriendo cuando estábamos en lo mejor, la
arrancada fue bastante buena y la pieza sacó bastante hilo del carrete, el Capi
gustosamente se hizo cargo de bregar con el pez, tras una bonita lucha y tener
que desplazarse por la orilla varios metros pues por momentos la caña quedó
atrancada finalmente se solventó la complicación y pudo sumar una nueva captura
a su casillero particular, nuevamente se trataba de un barbo gitano vital y
peleón, rápidamente fue devuelto al agua y la caña lanzada al agua pues no
había tiempo que perder por la actividad que se percibía en el pesquil, el
sk-30 se unió a la fiesta y nos dio la posibilidad de fotografiarnos con
nuestro amigo, parecía que todos los cebos querían dar capturas.
A pesar de estar dando resultados los cebos
escogidos quisimos probar uno nuevo que estamos testando en las últimas fechas
con buenos resultados, se trata del C1 de SBS, una marca de sobrada calidad y
que ofrece una gama de productos muy interesantes, así que cambiamos una de
nuestras cañas y decidimos probar con ésta bola, tras algo más de una hora sin
noticias de nuevas picadas tuvimos 2 consecutivas, la primera se trataba de un
pequeño barbo engañado con un chato’baits de coco que es toda una golosina para
ellos, la segunda fue precisamente a la bola que estamos comentando en estas
líneas, en todo el tiempo que estuvieron sin picarnos notamos que teníamos
múltiples toques que movían el tensor y sacaban algo de hilo del carrete pero
no llegaba a producirse la picada, el pez estaba algo desconfiado y no atacaban
el cebo de cerca, ya es algo que nos ha ocurrido otras veces en este escenario
por lo que sabedores de cómo atajar el problema decidimos actuar en
consecuencia, utilizamos un boilie más pequeño, de 14mm, el anzuelo también lo
cambiamos, un número 8 fue el elegido y el bajo bastante más corto, al poco
tiempo comenzamos a ver que nuestro cambio funcionó en las cañas lanzadas más
cerca de la orilla que eran las que tenían esos continuos toques de los
ejemplares más menudos, otras cañas estaban a mucha distancia y con montajes y
anzuelos diferentes.
Llegados a este punto
afrontábamos las últimas horas de la tarde antes de dar la sesión por
concluida, los resultados hasta el momento eran más que satisfactorios aunque
no habíamos logrado el gran ejemplar que buscábamos la jornada estaba siendo
muy divertida debido a las diversas capturas obtenidas, la verdad es que sin
hacer ruido y como quien no quiere la cosa el Capi me estaba planchando la
oreja a base de bien, por suerte cuando menos lo esperaba y más lejos me
encontraba de mis cañas pude recortar distancias, una buena carrera me tuve que
pegar hasta llegar al trípode y hacer la clavada, de momento la cosa iba bien
pues tras la línea venía prendido del anzuelo algo que tiraba y trataba de
zafarse, tras una interesante lucha pues la pieza opuso toda la resistencia que
pudo logre cobrarme la captura, la alegría se multiplicó cuando vimos que se
trataba una vez más de un barbo gitano fuerte y guerrero, mi querido y
todoterreno chato’baits de mantequilla me brindó la oportunidad de hacerme con
esta pieza tan estupenda.
La actividad volvió a
dejarse notar, el sol había menguado ligeramente y el agua notó cierto alivio y
hacía tiempo que los peces se movían con más alegría y frecuentes saltos, fue
el momento en el cual aprovechamos para terminar de meter en el agua el cebo
restante que nos quedaba en los cubos con la esperanza de potenciar nuestra
zona de pesca y poder despedirnos con alguna última picada antes de recoger,
por suerte se cumplió nuestro pensamiento y volvió a sonar la flauta, el
flamante triunfador de la sesión con el triple de capturas obtenidas sin
fotografiar que fotografiadas lo cual me permite quedar algo mejor de cara al respetable
tuvo una nueva picada, logro acercar hasta la sacadera y depositar en la
moqueta otro barbo gitano de un color vivo y precioso y un lomo fuerte y
apretado, el m1 de SBS algo desaparecido en la sesión quiso dejar su huella y
aportar su granito de arena, después de curarlo y devolverlo al agua empezamos
a recoger parte de las cosas dejando las cañas como último cometido en pro de
una picada de última hora.
Después de la captura
del Capi nos habíamos comido la tarde en un visto y no visto, aún abría tiempo
para tener un par de picadas de última hora pero desafortunadamente no llegaron
a buen puerto, una de ellas que no tenía mala pinta por su inicial arrancada y
posteriores minutos de lucha se desanzuelo antes de poder verla y cuando estaba
a punto de llegar a nuestras inmediaciones, la segunda captura clavó durante
unos segundos y después se zafo del engaño, son gafes del oficio donde unas
veces toca cara y otras cruz, como pronto anochecería comenzamos a recoger los
equipos antes de que nos pillase el toro y pusimos así fin a una jornada
bastante entretenida con diversas capturas, seguimos sin engañar a los grandes
barbos del lugar por lo que una vez más, lejos de retirarnos y desistir
seguiremos afrontando nuevas jornadas de pesca tras sus pasos y algún día de
estos lograremos nuestro objetivo y nos fotografiaremos con algún ejemplar de excelsa
envergadura, hasta la próxima amigos de Snowman……...
No hay comentarios:
Publicar un comentario