Muy buenas amigos de
Snowman Carpfishing, estamos de vuelta a nuestra agradable sesión semanal con
todos vosotros que, día a día y, semana a semana, sois muchos más y nos
complace enormemente, tras unas semanas sin demasiado tiempo hemos ido
acumulando diferentes salidas que os mostraremos a partir de ahora, por lo que no os asustéis si nos veis abrigados xD, para esta
ocasión os traemos la sesión que se metieron entre pecho y espalda dos
grandísimos pescadores que suelen tener excelentes resultados en sus escapadas
de pesca fruto del buen trabajo, preparación y conocimientos con los que
abordan las mismas, nos referimos al maestro Revi y su fiel compañero de
fatigas a pie de orilla Juanan, una pareja de buena gente que sube el nivel
Snowman allá por donde van, he aquí el desmenuce de la sesión………..
Tras unos meses
dedicados a la caza y con gran mono de pesca los compañeros decidieron tentar a
los barbos y organizaron a conciencia una escapada, tras preparar con esmero un
gran acopio de semillas con sus correspondientes dosis de veneno para atraer a
nuestras amigas, era el momento de escoger el lugar idóneo para pasar un día a
pie de orilla, tras tener la zona sondeada y cebada, tocaba preparar el
campamento base a la par que de disfrutaba con el contacto con el equipo dejado
de lado unos meses para atender otros quehaceres. En poco tiempo estaba todo
dispuesto para lanzar las cañas y cruzar los dedos para ser agraciados con
alguna picada, cosa no demasiado complicada para esta experta pareja de pescadores
que se complementan a la perfección.
El día mostraba cierta
actividad en el agua y saltos próximos al cebadero, parecía que poco a poco el
pez se estaba acercando a las inmediaciones de las cañas y ese era precisamente
el objetivo principal, la sensación de que no tardaría mucho tiempo en pitar
alguna alarma quedó refrendada cuando en un abrir y cerrar de ojos el amigo
Juanan se apuntaba dos capturas a su casillero particular, se trataba de dos
comunes de tamaños similares y no gran porte, pero menos das una piedra y es
mejor pescar algo pequeño que venirse tocando las castañuelas en una sesión de
pesca, los cebos caseros de los compañeros comenzaban a dar sus frutos, la
película no había hecho más que empezar, tocaba ponerse cómodos en el asiento
pues sólo se trataba de la antesala de lo que restaba por venir que sin lugar a
dudas dejaría un mejor sabor de boca.
La alegría era inmensa
y el objetivo de la sesión se había conseguido cuando aún restaban varias horas
hasta la finalización de la misma, tocaba reponer el cebo y esperar que solo
fuera el comienzo de las picadas de los barbos, con la emoción de la captura y
repasando las fotografías de la cámara, tocaba reponer fuerzas y el maestro
Revi estaba preparando una serie de platos en la mesa para chuparse los dedos,
se alzaba de entre los placeres epicúreos todo un símbolo Snowman, ¡¡las ricas
gachas!!. Mientras desaparecía de la mesa la comida no se perdían de vista las
cañas pues la actividad del pez era cada vez más notoria a tenor de los saltos
y movimientos percibidos en el agua.
Para mantener el
cebadero a pleno rendimiento y poder afrontar las últimas horas de la jornada
con las máximas garantías se realizó un cebado de mantenimiento con algo de
engodo y se prepararon unas mallas de pva para hacer más atractivo el cebo de
anzuelo, el maestro Revi se decantó por utilizar el Kiwi a la hora de remplazar
una de sus cañas cuyo boilie casero tirando a soluble ya había pasado a mejor
vida, en un periquete y con la inestimable ayuda del barco cebador se había
recebado la zona y era el momento de dejar el lugar tranquilo para que el pez
merodease a sus anchas y cruzar los dedos para ser agraciados con la picada de
algún barbo de buen tamaño.
Una nueva picada no
tardaría en producirse, a pesar de dar gran alegría al afortunado pescador por
pasar unos instantes de disfrute hasta lograr su consecución, la captura no era
lo que se estaba buscando y eso dejaba cierto regusto agridulce, el maestro
Revi se alzaba con una nueva común de pequeño tamaño y seguía a la espera de su
comizo para rematar la faena y poner la guinda al pastel. Si el amigo Juanan
estaba en la misma tesitura a pesar de haber logrado ya un barbo, se
desquitaría una hora después de la última captura, tras una arrancada
magistral, un estruendoso ruido rasgo el silencio de la tarde e hizo levantase
de un brinco cual rana a nuestro compañero, una de sus cañas había sido
agraciada con una nueva picada y por la forma de sacar hilo el carrete y las
arrancadas percibidas al tacto de la caña podía tratarse de un buen comizo, el
pez plantaba batalla e intentaba una y otra vez embarcarse en frenéticas huidas
que rápidamente eran frenadas por el buen hacer de Juanan, tras unos minutos de
intensa lucha con un incombustible pez, la cosa llegaba a buen puerto y Juanan
se apuntaba una pieza magnifica, el comizo de buen porte deseo inicial en la
sesión dejaba de ser un reto y se convertía en realidad palpable e
irrefutable.
En ciertas ocasiones el
trabajo bien hecho y el esfuerzo traen su recompensa y el alegre pescador podía
hacerse una fotografía con tan bello ejemplar antes de agradecerle la lucha y
devolverlo al agua, definitivamente las bolas caseras habían estado a la altura
y se habían convertido en un cebo a tener presente en futuras ocasiones. Si la
cosa parecía que no podía mejorar aún restaba una última sorpresa nada
desdeñable. El maestro Revi que contaba con un menor número de piezas en esta
salida estaba a punto de poner el broche de oro a la misma cuando una de sus
cañas se arrancó bravamente y la alarma no dejaba de sonar zumbando
estruendosamente, con más paciencia que el santo Job a sabiendas que tras el
anzuelo venía prendido un gran ejemplar la habilidad del maestro Revi le
permitió controlar la situación y desgastar al pez que paulatinamente iba
cediendo terreno y acercándose a la orilla, aun así eran continuas sus
arrancadas para intentar zafase del engaño, hubo de esperar unos minutos para
poder asegurar la captura una vez estuvo dentro de la sacadera, el maestro con
su fe en el boilie de kiwi, sus extensos conocimientos y buena mano, unido a
esa pizca de suerte tan necesaria en cualquier aspecto de la vida, permitieron
fotografiarse con tan majestuoso comizo, un apolíneo con una lucha digna de
mención, el maestro también lograba su objetivo y todos iban contentos a casa, ¡¡Enhorabuena
maestro!!
Tocaba para futuras sesiones el reto de lograr capturas de un mayor tamaño, hazaña nada fácil y que requiere del logro de múltiples aspectos, algo que lejos de asustar es la salsa de esta pasión y por lo que uno centra todos sus esfuerzos en alcanzar tal fin. Con todo ello tocaba recoger todo los trastos, cargarlos al coche y emprender el camino de vuelta con una sonrisa en el rostro que disimulaba cualquier atisbo de cansancio por el madrugón, así se dio por concluida esta sensacional sesión de los maestros Revi y Juanan que han tenido a bien compartir con todos nosotros, les agradezco tal hecho y les felicito por la increíble jornada que se marcaron, a vosotros os emplazo para dentro de unos días para que si así lo consideráis oportuno, seáis participes de un nuevo relato a pie de orilla de algún otro compañero, hasta la próxima amigos de Snowman…..........
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