Muy buenas amigos de
Snowman Carpfishing, para esta ocasión os traemos una nueva mini-sesión del
compañero Miguelin que en los últimos tiempos se ha aficionado a ellas a falta
de poder darse homenajes mayores por su ajetreada agenda. Pero dando validez a
aquello de más vale poco de mucho que mucho de poco, el amigo se va metiendo en
este mundillo que lo tiene que no duerme y con el devenir de los meses va
acumulando escapadas y vivencias. Con la máxima ilusión y nervios contenidos de
un debutante, Miguelin estaba deseoso de probar en la orilla un surtido variado
de material que había comprado días antes, elegida la zona de pesca, sondeada y
cebada, era el momento de preparar el trípode y los montajes y esperar a que la
sesión fuera entretenida y fructífera.
Un surtido variado de
cebos fue la elección para el grueso del cebado, un batiburrillo de pellets de
varios sabores y tamaños, galletas de perro, tacos de vaca y boilies, fueron
los elementos principales utilizados, todo ello potenciado con diferentes
aromas, el día estaba despejado y había movimiento de los peces en el agua, aún
estaba el amigo terminando de montar la última caña cuando de repente:
¡¡Picadaaaa Snowmannn!!. Casi llegando y besando el santo se encontraba
Miguelin, aún no había plantado el huevo como quien dice y ya estaba peleando
por cobrarse la primera pieza de la sesión, al rato ya era una realidad y subía
al casillero de capturas la primera común de la jornada, una carpa pequeña pero
con nervio que hizo esforzarse más de lo que puede parecer a primera vista a
nuestro amigo, fotografía, cura y devolución del pez al agua y a terminar de
rematar el equipo que ahora había dos cañas fuera del agua, el animal sucumbió
a un pellets de krill.
Poco después se
encadenó una serie de picadas de pequeñas carpas que no llegarían al 1-1’5kg,
no era lo que se iba buscando pero menos da una piedra y en sesiones tan cortas
pues se agradece tocar escama que no es moco de pavo. Entremedias y después de
haber logrado engañar también a varios ejemplares de Channel Catfish de una
cuarta de tamaño salía la primera pieza que tenía un porte algo diferente y
hacia más bulto, el ejemplar fue engañado con un boilie de krill y una pastilla
de belachan para darle un toque especial de distinción. La mini-talla se había
apoderado del cebadero por lo que se sacó una caña fuera del mismo buscando
engañar a alguna pieza de mayor envergadura.
La mañana se había
esfumado en un boleo y cada vez quedaba menos tiempo para bajar el telón a la
sesión y comenzar a recoger cacharros, entre picada y picada de los pequeños
del lugar, Miguelin aprovechaba para preparar montajes y bajos para futuras
sesiones, también reponía las mallas de pva que había gastado bastantes en la
sesión y ya se le veía el fondo al bote donde iban metidas, también fue el
momento perfecto para degustar una rica tortilla de patatas disfrutando de la
tranquilidad del entorno, envolverse con el paisaje y detener por un instante
el tiempo para aislarse de la rutina y despejar la mente, es una desconexión
revitalizante y gratificante. Después del delicioso almuerzo tocaba centrar las
fuerzas en perseguir las últimas capturas de la sesión.
El agua era escenario
de continuos saltos y burbujeos y las capturas seguían acumulándose aunque se
resistían las medianas y grandes del lugar, había que conformarse con las pequeñas
que no dejaban de picar, cada poco tiempo Miguelin se encontraba desanzuelando
algún ejemplar en su moqueta de desenganche, ante todo cuidado y respeto a las
capturas y al entorno, por encima de sacar más o menos peces, más grandes o más
pequeños, disponer de muchos o pocos conocimientos, de mucho o poco material de
pesca, se alza la firme convicción de respetar el medio ambiente y los
escenarios visitados en los que pasamos tantas horas y los que debemos cuidar
para conservar en las mejores condiciones, teniendo en la mente este punto como
principal todo lo demás es secundario y en este sentido nos agrada sobremanera
que los Snowman, grandes y pequeños compartan esta filosofía.
Miguelin se apuntaba
una última captura antes de dar por concluida la sesión de pesca, se trataba de
otra pequeña común que no pudo resistirse a pegarle un tiento a un rico pop-ups
de piña en un montaje que había preparado instantes antes. Fue el momento en el
que había que comenzar a recoger todo a regañadientes y con muy pocas ganas
pero no quedaba de otra. La mini-sesión fue bastante entretenida y amena,
fueron múltiples las capturas obtenidas y queda como futuro reto intentar
engañar a los ejemplares más grandes, mientras eso ocurre nuestro amigo sigue
acumulando horas a pie de orilla con sus correspondientes instantes de
aprendizaje y mejora continua, acumulación de experiencia y apaciguamiento del
fuego interior por ver pasar los días y semanas sin poder pasar un día de pesca,
seguiremos estando al corriente de este joven gran pescador y sus progresos, os
emplazamos a todos al siguiente relato, hasta la próxima amigos de Snowman…………
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