Muy buenas amigos de
Snowman Carpfishing, estamos de vuelta para ofreceros una nueva sesión de pesca
de las que por falta de tiempo acumulábamos en el baúl, en esta ocasión tenemos
de protagonistas a Ramón y Ouh-Yeah que decidieron probar suerte y tentar a los
peces en busca de alguna pieza de buen porte. Después de terminar de trabajar
en la tarde del viernes, se acercaron a la orilla para comprobar en primera
persona el estado del lugar y poder visualizar la actividad del pez y donde se
estaba produciendo, una vez sacaron conclusiones y tomaron la determinación de
escoger el escenario donde plantarían el campamento base al día siguiente, decidieron
cebar la zona ligeramente para tenerla al día siguiente en perfectas
condiciones y tal vez, con peces moviéndose por las inmediaciones. Nuestros
compañeros metieron en el cebadero un batiburrillo formado por pequeñas semillas,
engodo, micropellets, boilies partidos, frolic y una pequeña mezcla molida de chufa,
cacahuete, nuez y pistacho, todo ello bañado con diferentes caldos de SBS era
un menú elaborado con máximo cariño y altas esperanzas de que fuera del agrado
de los habitantes del lugar. Mientras Miguel se encargaba de cebar con ayuda
del barco cebador, Ramón que tuvo a bien llevarse una caña para probar suerte
se encontraba con una picada y la consecución de la primera captura de la
sesión.
Empezaban con buen pie
los compañeros y esperaban que la cosa solo pudiera ir a mejor, después de la
fotografía con la guerrera carpa común capturada con una ristra de maíz bañada
en el dip de Nash del mismo sabor, tocaba curar sus heridas y devolverla al
agua. Con la tarea del cebado terminada y la noche apunto de envolver el lugar,
era el momento de regresar a casa para descansar pues en pocas horas tocaba
recargar fuerzas y afrontar la sesión de pesca. Bien temprano llegaron al lugar
y montaron los equipos, en poco tiempo estaba todo listo y a la espera de
recibir nuevas capturas, como la zona estaba cebada del día anterior solo
recebaron mínimamente metiendo en el agua unos cuantos pellets de cangrejo,
tacos de vaca y galletas de perro. La suerte estaba echada y solo restaba
esperar y acomodarse en las sillas.
Para el cebo de
anzuelo, nuestros amigos se decantaron por aunar fuerzas en una compartida
estrategia para abarcar un mayor porcentaje de posibilidades, buscando obtener
conclusiones que pudieran ayudar en futuras sesiones de pesca, por ello,
probaron distintos montajes a diferentes profundidades con múltiples cebos,
destacando el grano y los boilies caseros. Como ya estaba todo preparado y sólo
era cuestión de esperar, nuestros amigos mataron el tiempo reponiendo montajes
perdidos en sesiones anteriores o realizando mallas de pva para tenerlas
disponibles cuando fuera menester. La mañana había despertado fresca por la
presencia de algunas nubes que horas después desaparecerían y dejarían paso a
un radiante sol que traería sensación de gran bochorno y necesidad de buscar la
sombra de los arboles cercanos.
Si el día anterior se
había percibido cierta actividad en el agua ahora parecía haberse esfumado
contra todo pronóstico, pasaron algunas horas sin noticias de los peces. Fue el
momento en el que se troceaba una deliciosa tortilla para tomar un pequeño
bocado de media mañana cuando se produjeron dos picadas instantáneamente, la
primera de ellas apenas balanceó el tensor un par de ocasiones y a pesar de
permanecer expectantes a la vera de la caña ésta no volvería a arrancarse, la
segunda, por su parte, fue una picada bravía al inicio de la misma que dejaba
entrever que una buena pieza era culpable de la picada, desafortunadamente
cuando ya quedaba poco para acercar la pieza hasta la orilla, ésta consiguió
refugiarse en un lateral plagado de juncos y debido al roce de los mismos
consiguió zafarse del anzuelo dejando a Ramón con cara de circunstancias, la
mala suerte había traído dos picadas que se iban al limbo pero al menos quedaba
en el ambiente la sensación de que el pez daba señales de vida después de
momentos de ausentica ausencia o inapetencia. Dicha sensación quedaría
refrendada con mayor severidad cuando se producía una nueva picada que esta vez
sí llegaba a buen puerto y suponía la primera captura de la jornada de la mano
de Ouh-Yeah.
Miguel tenía que correr
apresuradamente para frenar la buena arrancada que se produjo, la pieza no era
descomunal pero tenía nervio y eran continuas sus envestidas buscando huir,
poco tiempo después ya se encontraba reposando sobre la moqueta esta luchadora
común engañada con una bola casera de krill y un toque a piña del amigo Miguel,
tras ser curada y devuelta al agua tocaba reponer cebo y lanzar la caña al
agua. Aún estaba reciente la alegría del compañero cuando tenía que ayudar con
la moqueta ante la llegada de una nueva picada, en esta ocasión el afortunado
era Ramón que quería sacarse la espinita de la captura escapada anteriormente,
con aguante y buena mano fue cansando al animal que poco a poco fue cediendo
terreno y acercándose hasta la orilla, finalmente no se produjo ningún
imprevisto de última hora y se cobró su pieza, una preciosa y sana común que
devoró desaforadamente una bola casera de canela con un maíz flotante como
tope, la situación estaba tomando un cáliz diferente a lo vivido en los
instantes iniciales y el deseo era de ir a más. Por fin las nubes se habían ido
al igual que había desaparecido el aire que dotaba al ambiente de una sensación
de gran frescor, tocaba buscar la sombra e ir despojándose de ropa mientras
esperaba en la mesa para comer una suculenta carne con ajillo rematada con unas
patatas fritas bien crujientes, sabemos que son grandes penurias pero un
Snowman está hecho de otra pasta y aguanta eso y hasta cosas peores, como
repetir postre ¡ahí queda eso y no miro a nadie!
Con el incipiente sol recalentando
la azotea sin compasión, no era mala idea la de darse un chapuzón en el agua,
aún estaba algo fresca pero tras unos instantes braceando la sensaciones eran
aliviadoras y gratificantes. En cuanto a la pesca, la cosa transcurría por los
mismos derroteros de las últimas horas, picadas con cierta regularidad pero de
un porte discreto, no obstante nuestros amigos estaban disfrutando de lo lindo
cuando cada cierto tiempo tenían que atender a una nueva picada, se daba un
intenso e interesante salto en el tanteador de capturas de los protagonistas
que tornaba en un amigable a la par que distendido pique sano por alzarse con
el mayor número de capturas de la sesión. Para muestra estas dos capturas de
Ramón entre baño y baño, dos comunes peleonas que seguían dando fe de la buena
actuación de las bolas caseras de nuestros compañeros que estaban calando hondo
entre los inquilinos del charco, mención especial a las de canela y al boilie
de cangrejo y kiwi.
El día se había pasado
en un abrir y cerrar de ojos y como todo lo bueno toca a su fin, la tarde
agonizó y pronto llegaría la noche, como la temperatura era ideal nuestros
amigos decidieron aguantar un poco más en la orilla y aprovechar para cenar
mientras disfrutaban de la agradable brisa que por momentos hacía que fuese
necesario echar mano de la chaqueta al estar inmóvil en la silla. Después de
múltiples picadas durante la tarde y tras un inesperado parón de la actividad
del pez, justo cuando menos lo pensaban se produciría la que a posteriori sería
la última captura de la sesión. A la cena se había unido un buen amigo de
nuestros compañeros que no podía haberlo hecho antes al tener que trabajar, fue
precisamente él quien se encargó de intentar sacar la pieza del agua. Pope,
quien se está aficionando a pasos agigantados a ésta nuestra pasión y poco a
poco va haciendo acopio de equipo, estaba disfrutando cosa mala de las
sensaciones que transmitía la caña, por la forma de doblarse y la cantidad de
hilo fuera del carrete todo apuntaba a que venía prendido del anzuelo un
ejemplar de un tamaño superior a la media obtenida durante todo el día. El
afortunado pescador se había incorporado tarde pero sin duda con buen pie y
estaba disfrutando de lo lindo, tras unos instantes de adrenalina y entusiasmo
Pope llevaba hasta la moqueta un bonito ejemplar de carpa común engañado con una
ristra de pequeños maíces de SBS tanto normales como de pimienta, rematados con
una demoledora malla de pva, un precioso pez de buen porte para poner el broche
de oro a una sesión amena y entretenida, poco después de las fotografías de
rigor y devolución del animal al agua, tocaba recoger los equipos y dar por
finalizada la jornada de pesca, enhorabuena a los compañeros por las capturas y
el buen ambiente que reinó en la sesión, una vez más os mantendremos al tanto
de las atrasadas y futuras sesiones de los miembros del club, hasta la próxima
amigos de Snowman……….
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