miércoles, 30 de julio de 2014

SESIÓN DE LA MANO DE MIGUEL Y RAMÓN………..

Muy buenas amigos de Snowman Carpfishing, estamos de vuelta para ofreceros una nueva sesión de pesca de las que por falta de tiempo acumulábamos en el baúl, en esta ocasión tenemos de protagonistas a Ramón y Ouh-Yeah que decidieron probar suerte y tentar a los peces en busca de alguna pieza de buen porte. Después de terminar de trabajar en la tarde del viernes, se acercaron a la orilla para comprobar en primera persona el estado del lugar y poder visualizar la actividad del pez y donde se estaba produciendo, una vez sacaron conclusiones y tomaron la determinación de escoger el escenario donde plantarían el campamento base al día siguiente, decidieron cebar la zona ligeramente para tenerla al día siguiente en perfectas condiciones y tal vez, con peces moviéndose por las inmediaciones. Nuestros compañeros metieron en el cebadero un batiburrillo formado por pequeñas semillas, engodo, micropellets, boilies partidos, frolic y una pequeña mezcla molida de chufa, cacahuete, nuez y pistacho, todo ello bañado con diferentes caldos de SBS era un menú elaborado con máximo cariño y altas esperanzas de que fuera del agrado de los habitantes del lugar. Mientras Miguel se encargaba de cebar con ayuda del barco cebador, Ramón que tuvo a bien llevarse una caña para probar suerte se encontraba con una picada y la consecución de la primera captura de la sesión.

Empezaban con buen pie los compañeros y esperaban que la cosa solo pudiera ir a mejor, después de la fotografía con la guerrera carpa común capturada con una ristra de maíz bañada en el dip de Nash del mismo sabor, tocaba curar sus heridas y devolverla al agua. Con la tarea del cebado terminada y la noche apunto de envolver el lugar, era el momento de regresar a casa para descansar pues en pocas horas tocaba recargar fuerzas y afrontar la sesión de pesca. Bien temprano llegaron al lugar y montaron los equipos, en poco tiempo estaba todo listo y a la espera de recibir nuevas capturas, como la zona estaba cebada del día anterior solo recebaron mínimamente metiendo en el agua unos cuantos pellets de cangrejo, tacos de vaca y galletas de perro. La suerte estaba echada y solo restaba esperar y acomodarse en las sillas.  

Para el cebo de anzuelo, nuestros amigos se decantaron por aunar fuerzas en una compartida estrategia para abarcar un mayor porcentaje de posibilidades, buscando obtener conclusiones que pudieran ayudar en futuras sesiones de pesca, por ello, probaron distintos montajes a diferentes profundidades con múltiples cebos, destacando el grano y los boilies caseros. Como ya estaba todo preparado y sólo era cuestión de esperar, nuestros amigos mataron el tiempo reponiendo montajes perdidos en sesiones anteriores o realizando mallas de pva para tenerlas disponibles cuando fuera menester. La mañana había despertado fresca por la presencia de algunas nubes que horas después desaparecerían y dejarían paso a un radiante sol que traería sensación de gran bochorno y necesidad de buscar la sombra de los arboles cercanos.

Si el día anterior se había percibido cierta actividad en el agua ahora parecía haberse esfumado contra todo pronóstico, pasaron algunas horas sin noticias de los peces. Fue el momento en el que se troceaba una deliciosa tortilla para tomar un pequeño bocado de media mañana cuando se produjeron dos picadas instantáneamente, la primera de ellas apenas balanceó el tensor un par de ocasiones y a pesar de permanecer expectantes a la vera de la caña ésta no volvería a arrancarse, la segunda, por su parte, fue una picada bravía al inicio de la misma que dejaba entrever que una buena pieza era culpable de la picada, desafortunadamente cuando ya quedaba poco para acercar la pieza hasta la orilla, ésta consiguió refugiarse en un lateral plagado de juncos y debido al roce de los mismos consiguió zafarse del anzuelo dejando a Ramón con cara de circunstancias, la mala suerte había traído dos picadas que se iban al limbo pero al menos quedaba en el ambiente la sensación de que el pez daba señales de vida después de momentos de ausentica ausencia o inapetencia. Dicha sensación quedaría refrendada con mayor severidad cuando se producía una nueva picada que esta vez sí llegaba a buen puerto y suponía la primera captura de la jornada de la mano de Ouh-Yeah.    

Miguel tenía que correr apresuradamente para frenar la buena arrancada que se produjo, la pieza no era descomunal pero tenía nervio y eran continuas sus envestidas buscando huir, poco tiempo después ya se encontraba reposando sobre la moqueta esta luchadora común engañada con una bola casera de krill y un toque a piña del amigo Miguel, tras ser curada y devuelta al agua tocaba reponer cebo y lanzar la caña al agua. Aún estaba reciente la alegría del compañero cuando tenía que ayudar con la moqueta ante la llegada de una nueva picada, en esta ocasión el afortunado era Ramón que quería sacarse la espinita de la captura escapada anteriormente, con aguante y buena mano fue cansando al animal que poco a poco fue cediendo terreno y acercándose hasta la orilla, finalmente no se produjo ningún imprevisto de última hora y se cobró su pieza, una preciosa y sana común que devoró desaforadamente una bola casera de canela con un maíz flotante como tope, la situación estaba tomando un cáliz diferente a lo vivido en los instantes iniciales y el deseo era de ir a más. Por fin las nubes se habían ido al igual que había desaparecido el aire que dotaba al ambiente de una sensación de gran frescor, tocaba buscar la sombra e ir despojándose de ropa mientras esperaba en la mesa para comer una suculenta carne con ajillo rematada con unas patatas fritas bien crujientes, sabemos que son grandes penurias pero un Snowman está hecho de otra pasta y aguanta eso y hasta cosas peores, como repetir postre ¡ahí queda eso y no miro a nadie!

Con el incipiente sol recalentando la azotea sin compasión, no era mala idea la de darse un chapuzón en el agua, aún estaba algo fresca pero tras unos instantes braceando la sensaciones eran aliviadoras y gratificantes. En cuanto a la pesca, la cosa transcurría por los mismos derroteros de las últimas horas, picadas con cierta regularidad pero de un porte discreto, no obstante nuestros amigos estaban disfrutando de lo lindo cuando cada cierto tiempo tenían que atender a una nueva picada, se daba un intenso e interesante salto en el tanteador de capturas de los protagonistas que tornaba en un amigable a la par que distendido pique sano por alzarse con el mayor número de capturas de la sesión. Para muestra estas dos capturas de Ramón entre baño y baño, dos comunes peleonas que seguían dando fe de la buena actuación de las bolas caseras de nuestros compañeros que estaban calando hondo entre los inquilinos del charco, mención especial a las de canela y al boilie de cangrejo y kiwi.

El día se había pasado en un abrir y cerrar de ojos y como todo lo bueno toca a su fin, la tarde agonizó y pronto llegaría la noche, como la temperatura era ideal nuestros amigos decidieron aguantar un poco más en la orilla y aprovechar para cenar mientras disfrutaban de la agradable brisa que por momentos hacía que fuese necesario echar mano de la chaqueta al estar inmóvil en la silla. Después de múltiples picadas durante la tarde y tras un inesperado parón de la actividad del pez, justo cuando menos lo pensaban se produciría la que a posteriori sería la última captura de la sesión. A la cena se había unido un buen amigo de nuestros compañeros que no podía haberlo hecho antes al tener que trabajar, fue precisamente él quien se encargó de intentar sacar la pieza del agua. Pope, quien se está aficionando a pasos agigantados a ésta nuestra pasión y poco a poco va haciendo acopio de equipo, estaba disfrutando cosa mala de las sensaciones que transmitía la caña, por la forma de doblarse y la cantidad de hilo fuera del carrete todo apuntaba a que venía prendido del anzuelo un ejemplar de un tamaño superior a la media obtenida durante todo el día. El afortunado pescador se había incorporado tarde pero sin duda con buen pie y estaba disfrutando de lo lindo, tras unos instantes de adrenalina y entusiasmo Pope llevaba hasta la moqueta un bonito ejemplar de carpa común engañado con una ristra de pequeños maíces de SBS tanto normales como de pimienta, rematados con una demoledora malla de pva, un precioso pez de buen porte para poner el broche de oro a una sesión amena y entretenida, poco después de las fotografías de rigor y devolución del animal al agua, tocaba recoger los equipos y dar por finalizada la jornada de pesca, enhorabuena a los compañeros por las capturas y el buen ambiente que reinó en la sesión, una vez más os mantendremos al tanto de las atrasadas y futuras sesiones de los miembros del club, hasta la próxima amigos de Snowman……….

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