Desde tiempos ancestrales los
asentamientos humanos se ubicaban en las riberas de los ríos, pues estos eran
fuente de recursos que les proporcionaban todo cuanto necesitaban para
sobrevivir, agua, alimento y lo más importante, formaban parte de una
comunidad.
El majestuoso embalse de la
serena, gigante entre los gigantes, retiene las aguas de varios ríos menores en la provincia de Badajoz,
pero su principal tributario, el río Zújar, es un río que guarda aún en su profundo
cauce las historias de muchas generaciones de ribereños que distraían su tiempo
de asueto en las arenosas orillas del serpenteante afluente del Guadiana. Un
río, el Zújar, que era un lugar de encuentro y relaciones en la vida de las gentes ribereñas,
un río con historia, historias de hombres, mujeres y niños que han crecido entre
adelfas, juncos y tamujos, niños que han vivido innumerables aventuras jugando y pescando a
la sombra de sus puentes romanos, aventuras e historias de una época en que las
gentes percibían el tiempo de una forma diferente, gentes que entendían una
forma más simple y distinta de pasar por la vid, gentes felices que dejaron las
orillas impregnadas con la historia de sus familias, historias que ahora están
sepultadas bajo las aguas, pero historias que perduran en el recuerdo de todos aquellos
que alguna vez escribieron un renglón de sus vidas a orillas del río Zújar.
Antiguo cauce del Zújar, ahora, cola del embalse de La Serena hacia Belalcazar.
Puente de Capilla lugar de encuentro, ahora sepultado bajo las aguas de La Serena.
Un día cualquiera en la vida de niños y jóvenes. Tras el puente, un antiguo molino, una muestra de la importancia del río en la vida de los pueblos ribereños.
Día familiar a orillas del río Zújar.
Una tarde de pesca a la sombra del puente romano, ahora bajo las aguas de La Serena.
Arte rupestre esquemático junto al río Zújar, ahora perdido bajo el agua.
Esta piedra es el ejemplo físico de uno de esos renglones que han quedado grabados a orillas del río Zújar, un río plagado de historia y de historias de sus pobladores, un río que ha forjado el carácter de sus gentes, un río, en cuyas orillas engullidas por el embalse de La Serena, aún resuenan las voces, gritos y risas de hombres, mujeres y niños que han crecido junto a ellas, un río, como tantos otros que se han perdido, que siempre quedará en el recuerdo de aquellos que un día lo vieron morir.
Gracias a Jose Vicente Estrada, que me ha proporcionado las fotografías que representan la importancia del río Zújar en el día a día de las gentes de su pueblo. Para ti y tus paisanos.
Vista actual, bajo estas aguas permanece escondido el río Zújar.
Gracias a Jose Vicente Estrada, que me ha proporcionado las fotografías que representan la importancia del río Zújar en el día a día de las gentes de su pueblo. Para ti y tus paisanos.
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