lunes, 25 de febrero de 2013

BARBOS.

Aunque ya tenemos la primavera a la vuelta de la esquina, las temperaturas siguen siendo invernales y todavía la actividad de las carpas es mínima, conllevando una extraordinaria dificultad hacerlas caer en nuestro engaño.
Pero los pescadores de carpfishing no solo viven de carpas, y aún es tiempo de aprovechar para la pesca de nuestro querido barbo, especie insignia de nuestra península, que desgraciadamente está menguando drásticamente.
Pero siempre queda algún que otro refugio donde esta especie sigue su andanza evolutiva y no cede terreno a otras más adaptables que el, haciendo de estos lugares, paraísos para los pescadores de carpfishing que buscan durante estos largos meses de frío, el deseado trofeo de un gran comizo.
Realmente, la pesca de este ciprínido en algunos escenarios es como jugar a la lotería, donde llevas un número que puede ser premiado pero las posibilidades que salga el tuyo son muy escasas, aunque… siempre tienes la posibilidad que te toque el premio.
Pero… si sabemos donde tenemos que ir, donde pescar y que estrategia utilizar, la tarea de conseguir un gran comizo se vuelve más sencilla. Como hizo el compañero Julián, quien en su última sesión decidió ir en busca de estos esquivos peces en uno de esos edenes privilegiados donde la población de barbos aún es bastante buena.
 Aquí está la prueba de la excelente sesión que cuajo el compañero tras los colosos, incluso dando buena cuenta de alguna que otra carpa despistada que merodeaba por el cebadero que había preparado atraer a los comizos de este lugar.
Esperamos que pronto puedas repetir una sesión tan productiva como esta última, y que consigas llevar a la moqueta a uno de esos abuelos plateados de los que tanta añoranza sentimos todos.

Enhorabuena Julián.

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