martes, 25 de diciembre de 2012

CEBOS PARA EL INVIERNO.

¿Que mejor forma para despedir el año que realizando una sesión de pesca?... Sin duda que para los amantes del carpfishing no puede haber mejor manera de disfrutar de las fiestas, vacaciones o de esos días de los que merecidamente podemos disponer en esta época llena de júbilo y buenos deseos de y para todo el mundo, que pasándolos junto a la orilla intentando engañar algún buen ejemplar.
Y por supuesto, con afán de capturar algún buen pez, me encomendé al buen espíritu del que se hace gala en estas fechas, y algo menos espiritual y más material como los boilies de piña y ácido butírico, los boilies de mulberry y boilies de maíz de Carp Zone.  Boilies estos en los que deposito toda la confianza en la mayoría de sesiones, ya que me han demostrado ser unos de los cebos más efectivos, y en especial para la pesca en agua fría.
Ya se ha hablado mucho de los buenos resultados que ofrece el boilie de piña y ácido butítico en diferentes y variados escenarios de pesca, pero si hay una época en la que este boilie destaca sobre otros cebos es ahora, época de bajas temperaturas en la que el agua no presenta las mejores condiciones para que los atrayentes de los cebos realicen efectivamente su función.
Otro cebo universal donde los haya es el maíz, y Carp Zone con este boilie de maíz ha logrado un cebo que los peces aceptan rápidamente como si se tratara de la presentación de la propia semilla del maíz. Un boilie del que podemos decir que es más propicio para otras épocas más cálidas de año, pero que también me ha demostrado ser efectivo como cebo de anzuelo cuando este se presenta dentro de un cebado realizado con boilies que ejercen mayor atracción, como el de piña y ácido butírico.
Tras esta sesión me ha sorprendido muy gratamente el boilie de maíz, porque el de piña y ácido butírico sigue demostrándome sus bondades según va pasando el tiempo y con el aumenta el número de sesiones que realizo. Y cuando parece que ya no puede sorprenderme de nuevo… ZAS!!! Otra nueva cualidad, y es que cuando un cebo es tan bueno y efectivo como ha demostrado este, siempre queda un margen para la sorpresa, y tras haber demostrado su efectividad con carpas y siluros, ahora se muestra como uno de los mejores cebos para la pesca de los esquivos y cautelosos barbos.
El otro boilie utilizado en esta sesión es de nueva creación por parte de Carp Zone, Mulberry super sweet.
Para estas fechas de bajas temperaturas siempre he confiado en boilies de aromas a frutos del bosque o frutos rojos, y al principio estuve un tanto escéptico a la utilización de este boilie de Mulberry, ya que anteriormente he estado utilizando otros cebos de este tipo como el rose hip y el kg6, cebos con aroma a frutos rojos del bosque que para mi gusto son la mejor opción para producir una atracción efectiva de los peces. Pero como me gusta ir probando diferentes cosas, en este caso no iba a hacer una excepción, y tras utilizarlo en diferentes escenarios he llegado a la conclusión que es uno de los boilies que no faltarán en mi bolso de cebos para las épocas frías donde la actividad de los peces es escasa.
Espero que esta pequeña reseña sobre algunos de los cebos que me gusta utilizar cuando el agua está fría y la actividad de los peces es muy baja, os sirva en futuras sesiones para conseguir las deseadas pero difíciles capturas en esta época.
 
 
 
 
 
 
Felices fiesta y mucha suerte en vuestras sesiones.

 

viernes, 21 de diciembre de 2012

jueves, 13 de diciembre de 2012

PREPARANDO SALIDA PARA LOS BARBOS

Llegada ya la fecha y con el frio a las puertas, me encontraba con neviosismo y ansioso por ir a echar una sesión a los barbos.
Así, que teniendo referncias de años anteriores me dispuse a preparar lo necesario para intentar engañar a estos bellos y tímidos ejemplares.
Tras una larguísima semana, echando cuentas de donde, como y diversas preguntas que me surgían, fuí encajando cada una de mis ideas en un papel, para que llegado el día, me fuera más dificil olvidar alguna cosa, que me fuera necesaria en el campo.
Prepare algo de grano(maiz y trigo), muy pasado, es decir, super cocido, para evitar que los peces se saciaran con este alimento y se retiraran, al igual que unos kilos de cañamón con el mismo esmero que el resto del grano. Aproveche y mientras cocía todo, le fuí echando distintos aditivos, boilies y pellets que creí de gran ayuda para que el fin de semana fuera productivo.
Tras llegar a casa de trabajar y ya teniendo el coche cargado, salí como alma que pierde el diablo hacia Extremadura. Era tal el interés y las ganas que tenia de estar allí, que el camino se hizo largo.
Ya en Extremadura y tras cargar el carro con todo y cuando digo todo es todo, porque mira que llevamos cosas, cogímos la ruta hacia el puesto de pesca, que recientemente la semana pasada me había dado tiempo para ir a cebarlo y emprendí rumbo hacia el descanso, el disfrute y el antiextres... con la cámara de fotos bien cargada.

El disfrute y la emoción se hicieron con nosotros nada mas pisar el primer camino que nos trajo muy buenos recuerdos del año anterior. Ya era real, estábamos allí, con el coche lleno de barro, evaluando si el río, por donde debíamos cruzar, era factible y conseguiríamos pasarlo...
En poco mas de 40 minutos, estábamos ya allí, era nuestro sitio, estaba helando y había pesca en el cebadero.

Nos pusimos a montar el equipo con el mas sigiloso de los silencios, evitando el menor ruido posible, colocando con delicadeza y astucia los diferentes montajes y cebos en los que teníamos depositada nuestra confianza y con ayuda del barco, pusimos los cebos en el sitio escogido. Teníamos una cara de felicidad que era obvio las ganas y los recuerdos que afloraban tras los recuerdos de años pasados, picadas, carreras perdidas, los poker que nos marcamos dentro de nuestra tienda, por no decir aquellas maravillosas fotos!

Tras entrar en calor después de un buen café que preparamos para disminuir el frío y mientras la estufa hacía su trabajo, tuvimos el primer susto, ya que una de las alarmas sonó durante unos segundos, sin éxito.
No había marcado el reloj las 2 de la madrugada cuando un receptor no hizo salir corriendo hacia las cañas. Una preciosa picada hacía inalcanzable las cañas, a medida que nos acercábamos, el sonido del shimano soltando hilo y más hilo hacía aún más emocionante la carrera; cuanto más corríamos, más linea iba sacando.... Tras clavar el pez, rápidamente nos dimos cuenta que era un barbo, quizás no el que estábamos, pero si uno que satisficiera nuestra búsqueda. Fue Michell el que más disfrutó, pues fueron sus cañas las que le engañaron.


Así y sucesivamente fueron entrando distintos peces, también ejemplares muy bonitos de carpas.


Era necesario e imprescindible el hacer un bait-mess con distintos cebos como peces muertos, cangrejos... No se hizo mucho esperar otra carrera, ahora si eran mis cañas las que parecian que se iban a fundir con la cantidad de pitidos que provocó la primera carrera. Tras una lucha bastante complicada por diferentes obstáculos que teniamos, conseguimos hacernos unas fotitos.



El fin de semana fue bastante productivo y conseguimos sacar mas de media docena de barbos y alguna carpa mas.

Con menos alegría que el viernes, el domingo recogimos todo el equipo y volvimos a la rutina, con un muy buen recuerdo y espectativas para afrontar otra salida, que esperemos no tarde mucho en venir.

Espero que os haya gustado, pues lo he intentado reflejar tan bien como he podido, intentando que vosotros intentéis disfrutarlo también.

Un saludo


viernes, 7 de diciembre de 2012


TRAS LOS PASOS DEL MININO



Durante estos últimos meses, siempre que los diversos quehaceres lo han permitido, los compañeros del club hemos hecho alguna que otra escapada en busca del Channel Catfish, de algunas de esas escapadas habéis sido participes siguiendo el blog.



En esta ocasión, además de contar con mi fiel compañero de batallas Scooby, he tenido el placer de acompañar en su salida a mi buen amigo Jose Miguel, (chato), su mujer e hijo, y su padre, una familia extraordinaria, excelentes personas con las cuales se está sumamente cómodo y a pleno disfrute, y no dudas en repetir experiencia tan a menudo como te sea posible, esta vez centrados más en disfrutar de unas horas en el campo y no perder la oportunidad de degustar un buen guiso, hemos decidido finalmente por no estarnos quietos, llevar las cañas e intentar tentar a los “gatos” del lugar.


Montando aún el equipo en torno a la una del mediodía, hemos elegido una zona que hemos sondeado y nos ha parecido buena elección, teníamos señales de peces y una profundidad entre 8 y 12 metros, dadas las temperaturas que tenemos en estos días, hemos considerado que lo más acertado sería buscar estas profundidades, en definitiva zonas más cálidas donde el pez pueda refugiarse del frío.



Con ayuda del barco cebador hemos repartido por la zona un par de kilos de semillas, que siempre tenemos preparadas para cuando surgen estas salidas de un día para otro, también hemos metido algo de pellets, micropellets, un puñado de boilies y ya por último hemos depositado nuestros montajes con su correspondiente malla de pva para hacerlos más atractivos.

Como magnifica excusa para recuperarnos del titánico esfuerzo de montar las cosas decidimos tomar un bocado, mientras se iba cocinando para la tarde y a su amor, un rico caldero de patatas y carne, una vez más, de la buena mano que tiene Carmelete en esto de la cocina.






Al poco tiempo de estar las cañas en el agua, empezamos a tener picadas en las del chato, estaba probando unas bolas y pellets caseros, tenían una pinta fantástica, y por si fuera poco, todo apuntaba a que estaban funcionando y dando sus frutos, tuvimos múltiples picadas, todas de pequeños ejemplares de channel, pero que no dejaban de aportar su granito de arena en la tarea de acrecentar nuestro disfrute.





La tarde estaba siendo entretenida y se había esfumado sin darnos cuenta, ya empezaba a marcharse el sol y no quedaba mucho de luz, así que decidimos gastar el último cartucho y fuimos a buscar algunas lombrices de la zona para probar con ese cebo.


Después de desenterrar unas cuantas, con la ayuda de un maggots y unos granos de maíz, decidimos tirar una caña con ese cebo y probar suerte, tuvimos varios toques sin recompensa, lo que hizo que tuviéramos que sustituir el cebo en un par de ocasiones, hasta que al final tuvimos una buena picada que esta vez sí logramos sacar, era un bonito barbo el que lograba llevar hasta la sacadera Jose Miguel con la ayuda de su hijo Hugo, aún es pequeño, pero hay que ir formando a la cantera, y de aquí a no mucho tiempo, seguro que lo vemos dándonos un autentico repaso. Y así terminó nuestro fabuloso día tras el channel, que sin duda repetiremos tantas veces como podamos………… 

miércoles, 5 de diciembre de 2012


ÚLTIMA SESIÓN DEL CLUB


Como todo lo bueno se acaba, ya estamos de vuelta de nuestro último concurso del año, se echaron de menos ha algunos compañeros que no pudieron asistir a la cita, pero pudimos gozar de una entretenida sesión de pesca, sobretodo cercana y agradable como por suerte son para nosotros éstas quedadas, con el fin de compartir orilla con gente extraordinaria a la que no puedes ver tan a menudo como te gustaría, de disfrutar de momentos en los que estás plenamente a gusto y en los cuales no tardan en dispararse un sinfín de anécdotas, chistes, chascarrillos o diversas conversaciones sobre cualquier tema, que sin ninguna duda para la mayoría de nosotros dejan en segundo lugar a la propia pesca.

Pues bien, disponíamos de tres días para intentar engañar a los peces del lugar, teníamos en mente el afanoso reto y la ardua tarea que nos esperaba, había grandes expectativas de lograr capturar algún gran barbo y ese era el objetivo principal, es evidente que no haríamos ningún asco, es más, recibiríamos con los brazos abiertos la picada de cualquier otra especie, pero teníamos muchas ganas de tentar a ésta en particular. 




Una vez situados en el lugar elegido, desde el primer minuto del viernes, nos dispusimos a montar las tiendas y los equipos, a sondear la zona y a cebarla como cada uno consideraba más oportuno, teniendo en cuenta la actividad del pez, que ha disminuido paulatinamente debido  a que las temperaturas han bajado estos días, y era notoria la frialdad que nos envolvía.


Manos a la obra, nos dispusimos a esparcir por los puestos bolas de engodo, pellets, micropellets, algunos boilies y semillas, con la ayuda de los barcos cebadores, cohetes, tirachinas o cualquier herramienta de las que dispusiéramos.



Terminada la tarea del sondeo y del cebado, elegimos los cebos que intuíamos que podían sernos más útiles, acompañados de alguna bolsa o malla de pva, lanzamos las cañas al agua y ya solo era cuestión de esperar a que alguna de nuestras alarmas nos advirtiera de la picada de algún pez.




Ya había caído la noche, las cañas llevaban poco tiempo en el agua, mientras me encontraba en el puesto vecino, el del amigo LuisFer, cuando una de mis alarmas empieza a sonar repetidamente a la par que se escucha como sale hilo y más hilo del carrete, apresuradamente nos dirigimos a las cañas y procedemos a clavar, el pez había sacado mucho hilo, después de una bonita pelea e intuir por la forma de tirar que tras la línea se encontraba un barbo, no quisimos forzar la situación para no perder la pieza, después de unos minutos lográbamos hacer llegar a nuestra sacadera un precioso ejemplar de barbo, pesaba 9’5kg, una auténtica belleza de pez, era la primera captura, ¡¡¡¡y que captura!!!


Con la emoción del momento, desapareció en nosotros cualquier atisbo de cansancio, eran cerca de las dos de la madrugada, pero se hacia manifiesta la presencia de actividad en los cebaderos, eran continuos los saltos de los peces, y el burbujeo en el agua, pensábamos que no tardaríamos en tener una nueva picada, por suerte no estábamos mal encaminados, no tuvo que pasar mucho tiempo hasta que nuevamente el sonar de una alarma interrumpía el silencio de la noche, al igual que minutos antes nos había ocurrido, el pez saco mucha línea de la caña, tal vez un nuevo barbo era quien había picado, después de unos minutos pudimos comprobar que en efecto así era, habíamos logrado engañar a un hermoso barbo de 7kg.


Estábamos gratamente sorprendidos, ni en el mejor de los casos imaginábamos que en tan poco tiempo los peces darían la cara, y menos aún que serían peces de tan buen tamaño, pero la cosa no iba a quedarse así, después de lanzar al agua la caña con la que se había producido la picada, no habían pasado 25 minutos en el reloj, cuando esa misma caña volvía a tener una picada, también extrajo una cantidad de hilo considerable, la captura parecía mayor que las conseguidas hasta el momento y los continuos cabeceos en la lucha apuntaban a que se trataba nuevamente de otro barbo, pero justo cuando quedaban pocos metros entre el pez y la sacadera, pudimos comprobar que en esta ocasión se trataba de una carpa, una sana y batalladora amiga que dio un peso de 6’5kg en la báscula.




Ya era evidente que la cosa se estaba dando a pedir de boca, con la curiosidad de que de 3 trípodes que teníamos montados, con 9 cañas en total, todas las capturas se habían sacado en un mismo trípode y con una misma caña, hasta que al poco tiempo, y esta vez en el trípode del amigo LuisFer, daba la cara una carpa de 5kg de peso, algo que nos dio una gran alegría pues ya todos habíamos logrado sacar algún pez. A pesar de tener una adecuada ropa de abrigo, el frio hacía mella en los huesos y decidimos recostarnos un rato y descansar unas horas, y no fue más que eso, pues sobre las 5 y media de la mañana, el compañero LuisFer salía cual rayo de la tienda al percatarse de una nueva picada en una de sus cañas, trascurridos unos minutos de lucha lograba incorporar en la sacadera un barbo de 6’3 kg, y justo dos horas después y en la misma caña tenía una nueva picada, en esta ocasión una carpa de 5kg, el cebadero estaba funcionando y ya teníamos varias capturas en ambos puestos.

Amanecía el viernes y nos disponíamos a terminar de montar diversas cosas que aún nos faltaban, mientras, poco a poco se iban llenando los puestos vacíos con la llegada de compañeros que no habían podido venir antes, en ese transcurso de tiempo teníamos dos nuevas picadas, sendas carpas con pesos de 8’5kg y 6’5kg respectivamente, no habían transcurrido ni 24 horas y ya teníamos ocho capturas en nuestro haber.




El tiempo cambió y comenzó a llover, la pesca redujo considerablemente su actividad y pasábamos las horas protegiéndonos de la lluvia y charlando. Una vez que cayó sobre nosotros la noche, la temperatura había descendido considerablemente, y había que combatir el frío como buenamente se podía, nuestras amigas las estufas eran sin duda un gran apoyo.

En una de esas charlas, llegaron a nuestro puesto para hacernos una visita nuestros vecinos de concurso, Vicente y Manolo, y en un momento dado un pitido estruendoso nos sobresaltó y todos buscábamos apresuradamente nuestras centralitas para saber quien era el agraciado con una muy buena picada, tras unos segundos de incertidumbre, resultó que el afortunado era nuestro despistado compañero Vicente, que no se había percatado que era una de sus alarmas la que estaba sonando, rápidamente fue hacia sus cañas y el resultado fue la captura de un bello barbo de 7Kg, que inmortalizaron a la mañana siguiente, era la primera captura que tenían y les dio una inmensa alegría.


Con esa picada no volvimos a tener más sobresaltos hasta el amanecer del sábado, donde después de varios toques, había una picada en el puesto de los compañeros David y Javier, con una carpa que se escapó justo antes de llegar a la sacadera y otra que lograron sacar de unos 4kg.

Ya estábamos a sábado y las picadas habían bajado con respecto al día anterior, así que nos dispusimos a cambiar cebos, montajes y lugares para la postura del anzuelo, decidimos buscar más profundidad.



Una vez hecho el trabajo sucio ya solo faltaba disfrutar del día esperando una nueva picada, aprovechando para intercambiar impresiones con los compañeros, y disfrutar de un café calentito a la vera de la estufa, mientras hacíamos hora para la suculenta cena que nos esperaba, de la mano de nuestro querido amigo José Miguel (Chato), que tuvo el increíble detalle de llevarnos a la sesión unas deliciosas gambas, navajas, gambones, cigalas y demás mariscos y crustáceos, que devoramos sin ninguna piedad.






Y entre gamba y gamba una de mis alarmas empieza a sonar repetidamente, tras descartar que no se trataba de la gracieta de algún compañero, de las ya muchas sufridas hasta el momento, vamos corriendo a clavar el pez, en esta ocasión se trataba de una carpa de unos 4-5kg que una vez desanzuelada y curada devolvemos al agua rápidamente sin ni siquiera pesar ni inmortalizar en fotografía debido al frío que teníamos en ese momento y que la captura no era excesivamente grande.





Justo en el momento de soltar el pez, la caña de al lado comienza a sonar, gracias a la ayuda inestimable del compañero chato que estaba en ese momento a mi lado, gustosamente se hizo cargo de la caña y logró llevar a la sacadera un barbo muy majo de 6kg.


A lo largo de la noche ya no se obtendrían más picadas, salvo en el puesto 9, donde Julián disfrutó de la pelea de 3 capturas, tres carpas con pesos entre 5-7’5kg y otra carpa más en mi puesto ya prácticamente saliendo el sol, de 5’5kg de peso.



Amanecía pues el domingo, faltaban pocas horas para finalizar la sesión, mientras íbamos recogiendo las tiendas, camas, sacos y demás cosas que no necesitábamos, para dejar solamente las cañas y aprovechar hasta el último momento, esperando esa picada sobre la bocina, pudimos comprobar el frío de las noches, y el efecto que tenía sobre las cosas a la mañana siguiente, encontrándonos todo congelado, como la cena que sobró en la noche y se encontró por la mañana nuestro amigo Jose Luis. Cuando ya teníamos todo casi recogido las cañas del compañero David daban pequeños toques, después de intentar clavar, una captura se escapó y otra logro sacarla fuera del agua, por la posición del cuerpo pensábamos que se trataba de un monstruo pero resulto ser algo más pequeño y menudo, un carpín, que no siendo la captura deseada por lo menos hizo que nuestro amigo no se fuera con las manos vacías.

Y así, llegados a ese punto, dábamos por concluida nuestra sesión de pesca, no sin antes deleitarnos con un bocado exquisito para nosotros, unas deliciosas gachas, que a bien tuvo prepararnos nuestro cocinillas particular, y es que dejando a un lado los variados guisos con los que nos sorprende en cada jornada de pesca, una sesión sin las gachas de Carmelete no son lo mismo, es para nosotros casi un pecado no degustarlas cada vez que nos reunimos. Después de zamparnos una buena sartén y coger algo de fuerza nos dispusimos a retomar el camino de regreso a casa, despidiéndonos de los amigos a los cuales ya tenemos ganas de ver nuevamente y deseándoles un feliz regreso, la jornada de pesca fue satisfactoria, logramos sacar más de 20 peces, desgraciadamente varios compañeros no consiguieron sacar ninguna pieza, pero ya estamos acostumbrados a estos reveses de la pesca, y sabemos que la suerte va por barrios, y un día le toca a uno y otro día a otro.

Y así damos por finiquitado este último concurso del año, ahora toca recargar pilas pues ya mismo tenemos encima el comienzo del nuevo año y con ello nuevas sesiones de pesca, hasta la próxima…