lunes, 29 de febrero de 2016

SESIÓN DE LA MANO DEL AMIGO DANI…………..

Muy buenas amigos de Snowman Carpfishing, esta semana traemos un relato de un amigo del club, es un joven pescador que se ha iniciado en la modalidad del Carpfishing hace relativamente poco tiempo pero que vive nuestra pasión desaforadamente, prácticamente lo vive durante las veinticuatro horas del día. Raro es el momento que no está rebuscando algo de internet para empaparse de cuanto más mejor, videos, reportajes, revistas, artículos, conversaciones con amigos, es su edén particular, disfruta con solo escuchar una sesión de pesca de alguien. Cual hormiguita se va haciendo con sus aparejos de pesca y experimenta con montajes, cebos y demás parafernalia que nos rodea, da igual que un día amanezca nublado, soleado, lluvioso o tronando, nuestro amigo no cambiaría una jornada a pie de orilla ese día por cualquier otra cosa, le fascina la pesca y aunque al igual que cualquiera de nosotros tiene sus retos y metas donde busca superarse en cada jornada y lograr engañar a más y mayores ejemplares, solamente con coger la bicicleta y lanzar la caña en cualquier lugar disfrutando del campo ya es toda una satisfacción. Uno de los aspectos más gratificantes para nosotros es verlo tan involucrado en el aspecto del trato al entorno y a las capturas, lo cual se toma muy enserio y predica con el ejemplo, sin duda es algo sumamente valorable y que nos enorgullece ver en la gente más joven. Cada semana que pasa Dani acumula experiencia y vivencias en el charco, los bolos no hacen mella en él que mejora y evoluciona sin dejar de disfrutar de lo lindo cada oportunidad en la orilla y exprimirla al máximo, si un día se ha dado mal ya vendrá otro mejor, apunta buenas maneras y no tardará mucho tiempo en mojar la oreja a los más veteranos.

Nuestro amigo se había metido entre ceja y ceja que tras una serie de sesiones poco fructíferas y contando en su haber con ejemplares que no superaban la barrera de los diez kilos, tocaba intentar invertir la situación, tener más suerte, no se trataba de esperar a que ésta llegase por arte de magia, la idea era la de hacer las cosas bien desde el principio buscando con ello aumentar las posibilidades de éxito. Por ello se tomó un instante de reflexión, elegido el lugar a tentar tocaba conocerlo a fondo para sacar cuantas más conclusiones mejor, comenzó a visitar la zona, a sondearla, a observar el movimiento de los peces y a cebar, había dado el pistoletazo de la salida a la operación ¡Voy a por la de dos cifras!. Después de unas semanas tentando el lugar desde diferentes posiciones se decantó por una con un pequeño escalón y algo más de profundidad que en el resto del charco, comenzó a cebar varios puntos calientes donde pretendía después depositar los montajes, los cebos elegidos fueron una mezcla de semillas que perseguía atraer al pez a la que se añadiría micropellets y un molido de ajo, chufa, pimentón, leche en polvo y engodo de krill, de otro lado pienso de perros remojados en aceite de salmón para dotarlos de mayor poder de atracción. Gradualmente bajo la dosis de estos elementos y fue incorporando boilies con los que tenía pensado pescar para acostumbrar a los peces a ellos, tanto bolas enteras como troceadas bañadas con algo de remojo, hasta que finalmente una semana antes de acometer la sesión de pesca el cebadero solo contaba con bolas. Llego el día esperado con la gran esperanza de que el trabajo realizado tuviera sus frutos, aún no había amanecido y Dani terminaba de montar su equipo a falta de lanzar las cañas al agua, se había llevado algo de semillas para hacer más atractiva la postura, donde esparciría muy poca cantidad.
Con la máxima ilusión puesta en una jornada donde los peces dieran la cara nuestro compañero termino de preparar los montajes, probaría con chufa, maíz y boilies de krill con lo que había cebado, remató los bajos con bolsas y mallas de pva de lion tackle (De la mano del amigo Juan tenemos material de calidad a un precio increible, no dejéis de visitar su página y no dudéis en probar los productos, quedaréis encantados, http://www.liontackle.com/es/), éstas contenían micropellets de halibut y krill y algunas bolas troceadas con algo de engodo. Con el trabajo principal finiquitado solo quedaba esperar en silencio la ansiada primera picada, de momento la actividad del pez no se percibía por la zona pero las esperanzas puestas en el cebadero eran grandes y había que ser positivos, aún quedaban muchas horas en el charco y en cualquier momento podía sonar la flauta. Al poco tiempo una tímida arrancada dio lugar a la primera captura del día, una pequeña común no se había podido resistir a un par de maíces artificiales de Enterprise de ajo y menta, no era el ejemplar que se andaba buscando pero al igual que se hace con el resto se curó de sus heridas, se trató con la mayor delicadeza posible y fue devuelto al agua en perfectas condiciones.
Con la primera captura en el zurrón y tachando ya el bolo de la sesión que por desgracia no se puede decir en cada salida que hacemos, se colocó una nueva bolsa de pva en el montaje y se lanzó al agua rápidamente, no había tiempo que perder. Pasó cerca de una hora sin nueva novedades en el frente cuando en cuestión de minutos Dani tuvo que atender a dos picadas producidas curiosamente en la misma caña, con la tónica anterior hasta la moqueta llegaron dos pequeños ejemplares de carpa común, sendas capturas fueron engañadas con una chufa y un maíz artificial, un montaje tan sencillo como efectivo que suele dar alguna que otra alegría. De momento hasta el cebadero solo habían acudido pequeñas piezas, servían para pasar un momento entretenido y hacían más amena la espera de algún ejemplar de buena talla.
Reactivando el lugar se lanzaron unas bolas de engodo de pequeño diámetro para tratar de mantener al pez que ya se encontraba por las inmediaciones y quizás con algo de fortuna hacer llegar más ejemplares. Las siguientes horas trajeron más de lo mismo, multitud de piezas de pequeño tamaño, tras unos instantes del cebo en el agua algún pequeñajo se sentía tentado de picar y Dani no dejaba de acercar hasta la orilla y posteriormente depositar en la moqueta ejemplares de carpa común. El maíz y las chufas estaban dando muy buenos resultados, también se estaba portando bien el squid y krill de arapaima Carpfishing, una bola estupenda que va soltando pringue rápidamente y es muy atractiva, estupenda para sesiones rápidas ya que trabaja en cuanto toca el agua y muy buena opción para cebar por ese aspecto semi-soluble y que en el aspecto económico tampoco se sale demasiado de madre.

Con la satisfacción propia de haber pasado un día entretenido y ameno, en las horas que quedaban para dar por concluida la sesión aún aguardaba en el horizonte la idea de terminar de rematar la faena y apuntarse en el casillero de capturas un buen carpón. El día estaba estupendo y los burbujeos en el agua se sucedían mientras se produjeron nuevas picadas que no lograron cobrarse tras desanzuelarse las piezas. Había pasado cerca de una hora desde las últimas noticias en el frente cuando de repente el zumbido del viento se mezcló con el sonido de una alarma, tal era la forma de salir hilo del carrete que a nuestro amigo Dani se le aceleró el pulso sobremanera mientras con la máxima celeridad posible trataba de llegar hasta la caña agraciada con la picada. Nada más tirar de la caña y realizar la clavada notó que tras el anzuelo traía prendido un pez sensacional, era el momento de tomar aire y no realizar movimientos bruscos, el animal mostró una bravía digna de mención, gran tesón y batalla, lo que hizo vivir unos instantes expectantes, había engullido desaforadamente dos bolas de 20mm de squid y krill de arapaima Carpfishing y tenía una energía descomunal. Fueron continuos los intentos de huida que tuvo que refrenar como buenamente pudo Dani mientras no podía dejar de pensar que quizás estuviera cerca de conseguir el objetivo que con tanto ahínco había perseguido y que tal vez en cuestión de minutos fuese un hecho el haber superado su record personal, con paciencia y buena mano fueron pasando los minutos dejando tras de sí una bella lucha y momentos de auténtico disfrute, todas las buenas sensaciones quedaron refrendadas con la enorme satisfacción de obtener la recompensa de hacerse con tan fabulosa captura cuando Dani acercó hasta la moqueta un precioso ejemplar de carpa royal de poco más de doce kilos de peso.

Después de tanto trabajo y dedicación, después de superar numerosas sesiones poco fructíferas, nuestro compañero se daba de bruces con aquello que tanto quería, fotografiarse con un gran ejemplar que espera que sea el primero de una larga lista, tras inmortalizarse con el animal éste fue curado y devuelto al agua, antes de recoger el campamento y volver a casa hubo tiempo para sacar alguna que otra captura de pequeño porte, pero el pensamiento estaba enfocado en la gran royal, con todo ello llegó el inevitable momento de despedirse hasta que se presentase una nueva oportunidad para tentar a nuestras amigas, ¡enhorabuena por esa captura que tanto tiempo llevabas buscando y donde la voluntad, el incansable esfuerzo y el trabajo se han visto recompensados!.  

Una vez más y nunca nos cansaremos de propagarlo cuantas veces haga falta, destacar el vital, importantísimo y necesario ejercicio de la concienciación del captura y suelta. Todavía reciente en el pensamiento ese disfrute por la lucha con un pez de buen porte, es de justica agradecerle la batalla y devolverlo a su medio, no sólo por la posibilidad de que otras personas puedan disfrutar de un momento parecido, también para poder repetirlo uno mismo en futuras ocasiones y que no se podría llevar a cabo si el animal acaba en cualquier otro sitio que no sea donde le corresponde, donde debe estar, donde nos lo hemos encontrado, dicho lo cual, que gran alegría cuando la remesa más joven de pescadores toman consciencia de ello y lo llevan a cabo. Aún resta muchísimo por cambiar y mejorar, pero cada paso positivo por pequeño que sea supone sumar y no restar que no es poco.


También queríamos compartir con vosotros que en esta sesión el compañero Dani tuvo ocasión de probar unos plomos artesanales de la increíble mano del amigo Francisco “KAMIKAZE”. En estos tiempos duros para el bolsillo siempre es un alivio poder contar con productos que además de ofrecer una increíble calidad cuentan con un precio razonable. De la buena mano de Kami no solamente podréis conseguir plomos económicos, dispondréis de una amplia variedad tanto en modelos como en gramajes, increíbles acabados, diferentes colores, distintos camuflajes muy chulos, plomos traseros, plomos in-line, etc etc. Sin duda es una muy buena oportunidad y recomendable cien por cien, como con el resto de productos que recomendamos la última palabra siempre es vuestra, es cuestión de probar y sacar cada uno sus propias conclusiones, así que si estáis interesados no dudéis en contactar con Kami vía Facebook o a su teléfono de contacto donde os atenderá encantado y aclarara cualquier consulta o duda que tengáis.



No dejéis pasar la ocasión de probar tan buenos productos pues os garantizamos que no os arrepentiréis y estaréis encantados. En cuanto a Dani, nuestro joven amigo sigue al pie del cañón planeando y realizando nuevas salidas, es vital acumular horas en la orilla y no rendirse, seguir intentándolo y esforzándose para lograr nuestros retos por muchos bolos o sesiones con poca chicha que nos tengamos que comer, sin lugar a duda la recompensa merece la pena sin contar los buenos ratos a pie de orilla, las convivencias o lo beneficioso de la desconexión con el mundanal ruido cotidiano, que no es poca cosa. Que tengáis muchas y buenas sesiones de pesca, hasta la próxima amigos de Snowman………..

PLOMOS KAMIKAZE


lunes, 22 de febrero de 2016

OMAR FISHING…………..

Muy buenas amigos de Snowman Carpfishing. Cual sancho panza, y no por lo redondo de su silueta si no por lo de fiel escudero de Don Quijote, nuestro amigo Omar es un infatigable compañero a pie de orilla de Miguel, rara es la sesión que se produce de uno sin el otro donde han logrado formar un tándem bien avenido pero como aquel que diría, haberlas haylas, así que hoy traemos una nueva sesión con éste compañero como único protagonista, lleva poco tiempo por estos lares pero está creciendo con el paso de los días y acumulación de salidas gracias a la voluntad, esfuerzo y dedicación, y por su puesto a la devoción a esta nuestra pasión. Con la posibilidad de huecos libres días antes de acometer la sesión, nuestro amigo no se lo pensó y preparó un buen cubo de semillas rociadas con remojo que fue esparciendo por la zona elegida durante varios días, también adelantó trabajo en el tema de las mallas de pva y las preparó con antelación para no perder tiempo en eso y tener siempre disponible alguna cuando fuese necesario.

Con la máxima ilusión puesta en un día productivo y donde los peces dieran la cara nuestro compañero se puso manos a la obra y cargo raudo los trastos en el coche buscando estar lo antes posible en la orilla. Cuando llegó se escuchaba algún que otro salto, en silencio y sin prisas pero sin pausa fue montando todo el equipo y los diferentes cachivaches que nos rodean, ¡que cada día son más y que levante la mano quien esté exento de ello!. Para cebo de anzuelo en esta ocasión tocaría probar con alguna chufa que había dado buenos resultados, pellets de krill y de cangrejo de Fun Fishing que son una auténtica maravilla, y boilies de krill y de lombriz. No tardó en sonar la flauta y con ello tachar el bolo en esta jornada de pesca, aún, montando la última caña que restaba por colocar en el agua nuestro amigo tenía que dejar tal menester y lanzarse a una de sus cañas que no dejaba de sacar hilo del carrete, tras unos instantes de bonita lucha conseguía acercar hasta la orilla y posteriormente depositar en la moqueta un peleón ejemplar de redonda silueta de carpa común, había sucumbido a un pellets de krill con medio pop-up de coco cual sombrero, presentado en un trenzado marrón de 35lb de Gardner, el vigilante, un anzuelo del número 6 de carpzone, penetración 2 y rematado con una bolsa de pva con un batiburrillo de micropellets de ajo, halibut, picante, cangrejo y krill, además de un chorreón de líquido de krill de Sticky, un potente sirope denso con un penetrante aroma a krill.  

Con la primera satisfacción del día en el bolsillo quedaba terminar de rematar las cosas que quedaban pendientes y esperar la llegada de nuevas picadas con la esperanza de que alguna de ellas supusiera la de algún ejemplar de gran porte. Con el paso de los minutos iba abriendo la mañana y la sensación gélida vivida al comienzo de la jornada tornaba en una sensación más agradable y llevadera, los saltos continuaban sucediéndose y se produjeron un par de picadas que no lograron llevarse a buen puerto al tratarse seguramente de ejemplares de pequeño tamaño que daban pequeños tirones a los pellets al intentar succionarlos pero que no daban con una clavada limpia. Cuando habían pasado unas horas desde que nuestro amigo había iniciado la sesión, se encontraba de bruces ante la oportunidad de aumentar el casillero particular de capturas, una de las alarmas avisaba de una nueva picada cuando el silencio del entorno se entremezcló con el estruendoso ruido de dos pitidos consecutivos dejando paso a una gran arrancada, tras la línea venía prendido del anzuelo un animal luchador y con energía, era el momento de remangarse agarrar la caña y disfrutar de la contienda. Tras unos minutos de auténtico disfrute Omar conseguía llevar hasta la sacadera otro hermoso ejemplar sano y batallador de común que no había podido resistirse a darle un tiento a un par de chufas con un toque picante y un maíz artificial para darle un toque especial y un color diferente, el montaje era sencillo, un trozo de gomita para guiar el hair y una pequeña perla para evitar que el montaje se desplazase era lo más destacado.

Con las cañas lanzadas de nuevo al agua tocaba ir preparando nuevos montajes para probar algunos cebos y tener preparadas y listas para usar las mallas y bolsas de pva. El cebadero parecía que estaba dando sus frutos y además de las capturas obtenidas eran continuos los movimientos por la zona, parecía cuestión de tiempo que alguna alarma volviese a sonar y afortunadamente así fue la cosa, poco después Omar pudo fotografiarse con un precioso ejemplar de royal que supuso las delicias del afortunado pescador, un animal bravo que no entrego la cuchara fácilmente, tuvo varias arrancadas dignas de mención que fueron frenadas por la buena mano de nuestro compañero que veía como incrementaba el número de capturas de la sesión. El agradable sol dio paso a una mañana estupenda donde enseguida comenzaron a estorbar las prendas de abrigo, nuevas capturas de menor porte no dejaban a Omar sentarse tranquilo y pasó unos momentos de auténtico goce cobrándose las piezas y devolviéndolas de nuevo al agua, ¡un maravilloso ritual tan enriquecedor como necesario, que no nos cansaremos de predicar allá por donde vayamos!.  

Cada vez quedaba menos tiempo a pie de orilla y había que gastar los últimos cartuchos, como días antes se había cebado con semillas y no era plan saciar a los animales, el recebado en esta sesión consistió en pequeñas bolas de engodo que se lanzaban tras la obtención de alguna captura o en momentos sueltos donde disminuía la actividad del pez. Además de ello se utilizó un combinado de pequeños pellets para crear atracción en el puesto de pesca pero sin acumular mucho cebo en el agua, al ser algo que se deshace y se dispersa con cualquier movimiento del pez se convierte en un producto extraordinario. Fueron pasando los minutos y el sol se esfumó en un abrir y cerrar de ojos, como quien no quiere la cosa la noche llegó para quedarse y a regañadientes tocaba desmontar el campamento base y despedirse hasta que se presentase una nueva oportunidad para tentar a nuestras amigas, para redondear una salida fructífera y entretenida Omar disfrutaba de la lucha de una última captura, una preciosa royal que no quiso dejar pasar la ocasión para darle un tiento y saborear una bola de krill con una roseta de gusanos artificiales que suponían un montaje muy atractivo. Un bello animal con el que poner el broche a la sesión de pesca, ejemplar sano y guerrero que presentó coraje y perseverancia por zafarse del anzuelo, después de la pertinente instantánea fotográfica de rigor, tocaba devolver al animal al agua en perfecto estado y terminar de recoger las cosas pendientes, ¡enhorabuena por esas capturas Omar!.  


En cuanto al engodo que se utilizó en la sesión queríamos hacer un apunte por si es de utilidad para alguien. Nos fascina guarrear e investigar a base de probaturas en todos los terrenos en cuanto a cebos se refiere, da igual hablar de la fabricación de boilies que de engodos donde se tritura tal cosa o de cualquier supermercado se le añade otra, aunque esto es así uno siempre está al tanto de los productos comerciales del mercado y también se utilizan. Entre otras, esta salida fue un ejemplo de ello, en vez de un engodo propio donde cada uno añade los productos que considera en la proporción que le parece se apostó por uno comercial que nos gusta bastante y nos da muy buenos resultados, queríamos hablaros un poco de él por si alguien no lo conoce y le puede ser útil o simplemente por aquel que desconozca sus características y tal vez al verlo considere oportuno el utilizarlo, en este sentido y como siempre decimos con cualquier otro producto sea de la índole que sea, vea, pruebe y si le gusta y le funciona siga utilizándolo, de lo contrario a otra cosa.

El producto en cuestión es de la marca Synergy, viene en una bolsa de un kilo más 200 gramos de regalo y tiene una serie de características a nuestro criterio muy interesantes y que por ello nos gusta utilizar este producto. En primer lugar podemos hablar de la composición, se define como una explosión de partículas y es bastante fiel a lo que ocurre en la realidad, es un engodo con muy buen aroma y repleto de partículas, lo bueno es que gran parte de ella son solubles, por lo que para que os hagáis una idea una bola de engodo lanzada al agua se ira deshaciendo con el paso del tiempo y tendrá partículas que quedaran en el fondo quietas y otras que no pararan de subir hacia arriba con la consiguiente atracción que provoca. Tenemos el engodo en varios colores, rojo, marrón y amarillo por ejemplo, sabemos que hay gente que le gusta jugar en ese sentido y según las características del escenario de pesca decantarse por un color u otro o incluso mezclar varios etc y tiene esa posibilidad, también existe uno especial para el barbo. Otra condición reseñable es como viene el propio engodo y que detectamos inmediatamente que lo tocamos, es un engodo semi-húmedo, por lo que no necesita de agua para poder compactar, nada más abrir la bolsa es tan sencillo como hacer una bola prensando con la mano y ya se puede lanzar al agua. Por último otro de los aspectos más importantes que se pueden comentar es el tema de la fluorescencia, podemos comprar bolsas que no la tienen y que son algo más baratas y por un par de euros más dependiendo del establecimiento donde se consiga pues que si la tenga, una vez más va en función de gustos pero el que busque esa característica pues que sepa que la tiene y cual Goo de Korda o flumino de SBS por citar algún ejemplo, este engodo con el paso del tiempo en el agua desprenderá esa fluorescencia de la que hablamos. Como una imagen vale más que mil palabras además de las fotografías os dejamos más abajo un pequeño vídeo para que os hagáis una idea del producto. También decir que no afecta al pva y se puede utilizar para hacer mallas o bolsas de pva utilizándolo tal cual o como acompañante de micropellets, boilies triturados etc etc, una vez más eso es a gusto de consumidor. Así que poco más que decir, llevamos ya bastante tiempo utilizándolo y es un producto que nos agrada y que en el inmenso abanico de opciones que hay hoy en día es una más a considerar o no, cada uno decide, que tengáis muchas y buenas sesiones de pesca, hasta la próxima amigos de Snowman………..






martes, 9 de febrero de 2016

EL COMPAÑERO ENRIQUE REPITE EN IKTUS………..

Muy buenas amigos de Snowman Carpfishing, estamos de vuelta para mostraros alguna sesión de pesca de los miembros del club, para esta ocasión nos trasladamos fuera del territorio español donde nuestros amigos Enrique y su sobrino Paco disfrutaron de una jornada de pesca en el archiconocido lago de Iktus, paraje idílico y de gran belleza del que ya pudieron  ser testigos un año atrás, un maravilloso lugar en el que poder tentar a múltiples y variadas especies de muy buen porte  y que es sin duda lo que lo convierte en el principal reclamo del lugar. Una vez más, nuestros compañeros reservaron el puesto Vip que cuenta con una serie de comodidades que se agradecen enormemente cuando hay que pasar tantas horas a pie de orilla. Con el calendario marcado en rojo señalando el día X, el entusiasmo por la cercanía de la jornada de pesca era palpable los días previos de acometer la aventura, como todo llega cuando quisieron acordar los meses se habían convertido en días y los días en horas y así pusieron rumbo al lugar con la ilusión de un niño y la batería de la cámara en plenitud de facultades con la intención de agotar la capacidad de la tarjeta de memoria a base de instantáneas con buenos y grandes ejemplares. Tras preparar a consciencia el cebo a emplear en la sesión y demás parafernalia que nos acompaña en cada salida, tocaba arrancar motores y tomarse con humor el grueso de kilómetros que los separaban del lago, como sarna con gusto no pica tal hecho no suponía problema alguno y así damos el pistoletazo de salida a la semana en Iktus, cuando nuestros amigos bajaban del coche, tomaban aire y se deleitaban con las vistas.   

La anterior visita al lago estuvo marcada con el mal tiempo, refrescamos que la semana estuvo repleta de lluvia y más lluvia y la sensación era que cada minuto que pasaba la cosa iba a peor, tal era el panorama que de hecho les fue imposible montar los equipos de pesca ante el literal aluvión de agua que tenían encima, la cosa no solamente quedaba ahí, por si fuera poco la molestia del agua, el tremendo aire que envolvía el lugar limitaba mucho la situación como por ejemplo la maniobrabilidad a la hora de meter líneas con el barco cebador o la barca. Llegados a este punto está más que claro que no son las condiciones deseadas, y más en casos así donde hay de por medio un gran esfuerzo propio y económico. Con todo ello cavilando en la cabeza, se produjo una especie de Déjà vu  cuando después de intercambiar impresiones con los pescadores de la zona las noticias no eran nada positivas y se tornaban desalentadoras. Ahora no había lluvia ni mal tiempo  pero la inactividad del pez en los días anteriores marcaba los corrillos de la zona, los puestos cercanos contaban su sesión con un doloroso nulo en su casillero de capturas, parecía de un mal fario desmoralizador que se pudiese vivir una nueva jornada de pesca bajo condiciones desfavorables. Sin tiempo para el lamento, tocaba amoldarse a lo que estaba aconteciendo y dejarse todo en pro de obtener el máximo provecho de la situación. Pintaba el panorama que una vez más tocaría remar a contracorriente, pero un Snowman no se arruga fácilmente y se dará mejor o peor pero no será por dejar de intentarlo.
Después del momentáneo bajón tras conocer la nula actividad del pez tocaba bajar todos los trastos del coche y montar equipos con la mayor celeridad posible para tener cuanto antes las cañas en el agua persiguiendo un golpe de suerte y que la situación diera algo de tregua y se animase un poco la cosa. Como cebos de anzuelo cada uno escogió aquellos a los que más cariño tiene, ocupando un lugar destacado y para no variar los cebos caseros del amigo Enrique que con tanto celo y mimo ya había preparado días antes, cebos 100 x 100 naturales y que nos consta de buena tinta que sin ser milagrosos ni dar capturas siempre, tienen un alto índice que acierto. El lugar rezumaba calma por los cuatro costados, ni la más mínima noticia de peces, la sonda de la barca y del barco cebador marcaban un gris desolador, como no había ni un rastro de vida debajo del agua se cebó muy ligeramente a pesar de contar con gran acopio de semilla preparada, pero tal inactividad no recomendaba pasarse con el cebado y empeorar más si cabe la situación. Como una exhalación se difumino el primer día en el lago sin haber podido mojar la moqueta y con sentimientos contradictorios, al menos se podía disfrutar de sabrosos guisos de la buena mano culinaria de Enrique y como aún quedaban muchas horas en el charco quedaba la esperanza de que sonase la flauta.


Amanecía un nuevo día y se esperaba que con ello algo cambiase, por desgracia el devenir de las horas no apoyaba tal deseo. A pesar de seguir sondeando a consciencia el puesto, de mudar posturas, de probar montajes y cebos nuevos y de pensar y repensar, pasó el segundo día de pesca y lo único reseñable fue un ligerísimo toque en una caña de Enrique que apenas saco hilo del carrete y dio para un susurro de la alarma, demasiado poco para el tiempo que llevaban las cañas en el agua y las expectativas creadas antes de llegar la lago, aún restaban muchos días pero la diosa fortuna no estaba del lado de nuestros compañeros. Si resultaba malo y tornaba en impotencia total llevar dos días sin rascar bola, no se imaginaban nuestros amigos que sumarían dos días más con la misma tónica, otras cuarenta y ocho horas sin ver un mísero salto en el agua o a algún compañero esquivando el bolo, tan solo podemos mencionar una picada a las tres de la madrugada que no llegó a buen puerto pues la captura logró zafarse al irse el nudo de la línea madre y perder el montaje, si ya de por sí la situación era complicada encima se sumaban estos golpes de mala suerte, definitivamente la cosa pintaba bastos y se encendían todas las alarmas.


Llegaba el quinto día en el charco y ni por asomo lo imaginado semanas atrás en plena preparación de la jornada de pesca podía dilucidar un panorama tan pobre, la situación se mantenía prácticamente inalterable en el resto de puestos, de hecho algunos pescadores entraron en el desánimo y la desgana y como consecuencia comenzaron a recoger los equipos para emprender antes de lo previsto el viaje de vuelta a casa o bien para mudarse al lago pequeño, el lago de los esturiones, lo que era una clara evidencia que la situación no era ni la idónea ni la deseable por todos. Jeremy consciente de la situación y muy pendiente y atento visitaba con asiduidad a nuestros amigos y en varias ocasiones les invitó a mudarse al lago pequeño donde había varios puestos libres, a pesar de tener la moral por los suelos fruto de la inactividad en el lago principal, nuestros compañeros declinaron la invitación, habían venido a intentar pescar en el lago grande y se mantendrían en sus treces por muy pobre bagaje que se llevase. En ese momento se quedarían solos en el lago y sería así hasta su último día de reserva pues una última pareja que aún resistía el duro azote de la incomparecencia de los vertebrados acuáticos, estaba terminando de recoger para irse al arrojar la toalla finalmente, el resto ya se había ido un día antes. Con tremendo panorama pasaron las horas y el sol se escondió dando paso al oscuro manto de la noche, se había cambiado de cebo y alguna que otra modificación sin demasiadas esperanzas en tener éxito.

La noche pasó entre ligeros toques en una de las cañas de Paco cuando de repente se produjo lo que tanto se estaba añorando y que parecía inviable en esta sesión, a eso de las ocho y cuarto de la mañana una de las alarmas avisaba de la presencia de una picada mediante tres toques consecutivos, Paco recostado aún en la bedchair brincó cual saltamontes para aproximarse a su trípode, en ese instante tuvo lugar un nuevo toque y procedió a clavar la picada buscando inaugurar el marcador y apuntarse la primera captura de la sesión. El pez se mostró algo timorato al comienzo de la lucha y la cosa apuntaba a una pieza de pequeño porte, nada más lejos de la realidad y quedo refrendado segundos más tardes cuando Enrique tuvo que incorporarse de la cama apresuradamente ante la voz de alerta de su sobrino que le transmitía que tras la línea venía una pieza de envergadura. Se montaron en la barca para cobrarse la pieza y dio comienzo una increíble lucha y frenéticas huidas que se prolongó en el tiempo nada más y nada menos que una hora y veinte minutos, el animal mostraba una bravía digna de mención y se llevaba la barca, fueron volando los minutos y parecía no inmutarse, ¡que energía!, tuvieron que pasar algo más de cuarenta y cinco minutos para lograr ver la pieza, a unos tres metros de profundidad emergió del agua el contorno de un gran esturión que aceleró notable el palpitar de nuestros amigos, tocaba mantener la calma y serenidad para llevar la captura a buen puerto y no perderla por alguna maniobra brusca. Un gran tesón y batalla hizo vivir unos instantes expectantes con la enorme satisfacción de obtener la recompensa de hacerse con tan fabulosa captura. La emoción y alegría se palpaba en el ambiente y no era para menos, después de días duros y casi haber perdido la fe la caprichosa fortuna planteó un giro radical a la situación y ofreció a nuestros amigos la posibilidad de salabrar a un magnifico ejemplar. Como no entraba en la sacadera y no se pudo subir a la barca tocó llevarlo hasta la orilla como buenamente se pudo y después de que el animal estuviera más relajado fruto de haberse vaciado en tan apasionante contienda. El animal con metro en mano dio ciento ochenta y ocho centímetros de puro músculo y potencia, ¡era una mala bestia!, no pudo ser pesado y Jeremy que enseguida se personó en el puesto vaticinó unos sesenta kilogramos de peso, la verdad es que era lo de menos, la pieza era increíble y por cómo se estaba desarrollando la sesión ni con los pensamientos más positivos se podía uno imaginar algo así, un boilie casero de pescado y la buena mano de nuestros amigos dieron con unas fotografías de ensueño, ¡enhorabuena chicos!.


Con la dosis de moral que suponía tener entre las manos a semejante captura, insufló energía extra en nuestros compañeros para darlo todos las horas que le restaban para dar por concluida la sesión. Con la moqueta aún empapada y la sonrisa de oreja a oreja cual Jocker recibían otra buena notica, una de las alarmas de Enrique comenzó a sonar, lo hizo mediante tímidos golpes en el tensor, nuestro amigo procedió a clavar la picada y dudaba entre si traía solamente el plomo o una tortuga, la pieza se cobró rápidamente por la mínima oposición que ofreció, finalmente se trataba de un pequeño ejemplar que llegó en perfecto estado hasta la moqueta, una preciosa brema de tres kilos y medio engañada con otra bola casera. Fotografiada y devuelta al agua tocaba reponer el cebo de anzuelo pues en el montaje no vino ni el tope y de nuevo al agua para perder el menor tiempo posible. Se lanzó al agua el montaje acompañado de una malla de pva y se esparcieron por la zona unas bolas de engodo desde la barca pues el barco cebador  sufrió un problema técnico como guinda a esta fastidiosa semana que se enderezaba en la recta final. La actividad de este penúltimo día no tenía nada que ver con los días pasados, en poco tiempo se contaba con dos capturas fuera del agua y varias más que se produjeron a lo largo del día pero que se fueron al limbo por diferentes motivos, pero que ya suponía algo más que los primeros días.


 En uno de los momentos donde se intentaba uno entretener de la mejor forma posible Paco probo suerte con unos lances en busca de algún lucio de buen tamaño, tras un buen rato sin noticias de los peces y cuando estaba a punto de recoger la caña y reponer fuerzas bebiéndose una fresquita, en unos de los últimos lances la monera salió cara y se pudo fotografías con uno de estos ejemplares, uno más para el casillero de capturas. El día transcurrió muy tranquilo y sin noticias nuevas aunque la esperanza siempre estaría viva mientras quedase alguna caña en el agua. Para celebrar haber enderezado algo el rumbo de un navío que apuntaba a la deriva total, nuestros amigos se marcaron un homenaje y se deleitaron con una sabrosa mariscada que se metieron entre pecho y espalda, ¡esto es penar y no lo de los que están en la vendimia!. Aunque para ser sinceros un Snowman se lleva más disgustos en el terreno acuático que en el culinario.


Con todo ello y con las espadas en todo lo alto llegábamos a las últimas veinte cuatro horas en el lago, el día amanecía con ciertos saltos en el agua y la sonda marcaba peces cuando se cambiaron las cañas a primera hora, después de disfrutar de un café y una amena charla a eso de las once y media de la mañana se produciría la que a postre se convertiría en la última captura de la sesión que pudo cobrarse, a lo largo de la noche y amanecer del día siguiente en pleno proceso de recogida hubo algún que otro tímido toque pero ninguno se arrancó en condiciones. Era pues el momento de pelear con un nuevo ejemplar del lago, Enrique era el afortunado pescador que tenía ante sí la oportunidad de aumentar el número de capturas, la forma de sacar hilo del carrete apuntaba a que tras la línea venía prendido del anzuelo una pieza de buen tamaño y no podía uno permitirse el perderla, con paciencia y buena mano el animal fue cediendo terreno y aproximándose a las inmediaciones, tras unos minutos de una hermosa lucha se produjo un enganchón de la línea, nuestros amigos decidieron coger la barca e intentar desenganchar el hilo. Al aproximarse a ella a unos escasos dos metros de profundidad parecía que el animal se había atrancado con una piedra y se trataba de un esturión por la silueta que se dibujaba en el agua, tras varios intentos de Paco manejando la barca y Enrique maniobrando con la caña, finalmente hubo suerte y se pudo llevar hasta la orilla un precioso y esbelto ejemplar de esturión de casi veintiún kilogramos de peso tras soltarse el hilo de la piedra que conllevó gran alegría y satisfacción a Enrique. El animal había sucumbido a otra bola casera acompañada de un flotante, en esta ocasión habían sido las ganadoras de la sesión pues las comerciales que se utilizaron en la jornada no tuvieron fortuna. Con el lógico y entendible subidón del momento las penurias se llevan mejor y uno afronta la noche con mejor cara y ánimo, nuestros compañeros durmieron prácticamente del tirón, pocas picadas y todas fallidas, son cosas que pasan y no siempre puede darse todo de color de rosa.

Por todo ello y asumiendo que habían peleado al máximo sin dejar ni un solo instante de intentarlo, emprendieron el viaje de vuelta a casa con cierta satisfacción y sabedores que hay jornadas buenas y malas y cuando no está la cosa por la labor no hay forma de hacer nada, solo queda el deseo y la ilusión de volver a intentarlo en la próxima incursión al charco y desquitarse tras una mala sesión de pesca. Acaba aquí una semana con menos peces de los deseados pero donde habían logrado salvar un Match-Ball frente a una situación que pintaba con otro desenlace muy diferente pues la losa era de categoría, así que era el momento de valorar la parte positiva y tener el zurrón plagado de chascarrillos que no dejan de ser la salsa que ameniza noches en la orilla junto a los amigos. Por lo demás tan pronto como pueda nuestros compañero Enrique buscará resarcirse en una tercera visita al lago donde imaginamos que rezará muy mucho para pedir clemencia e indulgencia y gritar aquello de ¡a la tercera va la vencida!. Mientras ese momento llega aprovecho para agradecerles el material fotográfico y las pertinentes explicaciones para facilitar el poder situarnos en lo vivido lo más fielmente posible y que como siempre hemos intentado trasmitiros de la mejor forma posible, muchas gracias a Enrique y Paco y enhorabuena por ese fenomenal esturión y por no haberlo dejado de intentar, hasta la próxima amigos de Snowman……….



Vídeo-resumen de la semana en Iktus.