Mi nombre es Omar, uno de los jóvenes miembros del Club Snowman Carpfishing. llevo poco tiempo practicando esta modalidad de pesca que conocí gracias a otro miembro de este Club, y al que acompañé en diferentes salidas hasta decidirme por iniciarme en ella.
Tengo que reconocer que el gusanillo ya me picó en esas sesiones en las que acompañaba al compañero, pero cuando tuve mi equipo fue cuando de verdad la sangre se me envenenó por el carp fishing. Es increíble cómo una actividad como esta puede generar en una persona tanta pasión, emociones e ilusiones. Desde mi primer contacto con esta modalidad, pescando con mi propio equipo, no he dejado ni un solo día de pensar en la próxima sesión, llegando en ocasiones a ser obsesivo.
Imagino que todos los comienzos son parecidos y creo que les pasa a todos los que nos iniciamos en esta modalidad, pues empecé a obsesionarme con sacar algún gran pez de esos que veía en fotografías de los compañeros de Snowman, y debo reconocer que una de las cosas que me encandiló del carp fishing fue eso, las fotos que me enseñaban con grandes ejemplares de preciosas carpas. Pero en poco tiempo pude darme cuenta que no era todo tan sencillo como se veía en los artículo que leía, me dí cuenta que las fotos de esos excelentes ejemplares escondían mucho trabajo detrás de ellas, y aunque al principio me desmoralicé un poco, conseguí sobreponerme y darle el valor real que tienen las sesiones de esta modalidad. Empecé a disfrutar de la preparación previa de las jornadas de pesca, empecé a disfrutar del entorno en el que me encontraba, empecé a disfrutar de la convivencia con los compañeros dejando a un lado la idea de conseguir el propósito que en un principio me había hecho desembocar en la modalidad, y comencé a ver el carp fishing con otros ojos, ojos que aprecian todo lo que rodea al carp fishing.

Muchas gracias carp fishing.
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