
Una vez colocados los refugios y las zonas comunes, llega el momento del ágape comunitario para degustar las suculentas viandas que el Capi, gustosamente prepara para todos los que allí se acercan.
Es fácil comprobar que esto no es un concurso al uso, sino, que es una reunión de amigos y compañeros de afición para compartir unos días practicando nuestro deporte favorito.
Esperemos que los peces respeten estos sagrados momentos, y no interrumpan la comida.
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