
Una vez que estaba todo preparado solo restaba terminar con
los bajos, para el cebo de anzuelo probarían unas bolas caseras de piña y ácido
butírico, tampoco se olvidarían de las efectivas y muy apreciadas por todos
nosotros mallas de pva, que serían más que suficiente para el aspecto del
cebado, pues la zona estaba ya cebada del día anterior y especialmente recebada
al concluir la sesión con vistas a tenerla perfecta cuando volvieran al día
siguiente.

Ya solo quedaba tirar las cañas al agua y que hubiese suerte,
el trabajo ya estaba hecho y no se podía hacer mucho más, tocaba pues esperar.
Se producían algunos saltos y movimiento en el agua pero la primera captura se
hacía de rogar, tuvo que pasar un largo rato hasta que un estruendoso ruido
rompió el sosiego de la mañana y estremeció a nuestros amigos que rápidamente
fueron a clavar el pez, Javi era el que se encargó de la caña y de momento el
pez seguía prendido del anzuelo, tras varios envites buscando zafarse que
obligaron a dejar el freno del carrete flojo, poco a poco el pez disminuía su
resistencia y se conseguía que se acercase a la orilla, finalmente nuestra
batalladora amiga tuvo que rendirse debido al desgaste y cansancio acumulado y
acabo cediendo y entregándose mansa a pocos metros de llegar a la sacadera, una
carpa sana y muy vital se convertía en la primera captura del día, animando a
nuestros amigos a la posibilidad de capturar más ejemplares y a dar un respiro
y mucha tranquilidad al lograr eludir acabar la jornada a cero.



La cosa se puso especialmente interesante cuando el Chato no
quiso marcharse con el 1-2 en contra, se salió con la suya cuando una de sus
alarmas comenzó a sonar con fuerza a medida que su tensor se movía intensamente
y el carrete no paraba de sacar hilo, como quería igualar la contienda trato
con sumo cuidado la picada, no quería hacer movimientos bruscos ni forzar la
situación y que eso pudiera suponer la pérdida de la captura, tras unos
frenéticos y expectantes minutos, nuestro amigo respiraba aliviado cuando se
confirmaba la captura del animal, lograba otra carpa de similar porte al resto
y que aún le daba más alegría a la sesión, por la dificultad que hay en sacar
varios peces durante el mismo día, regateada y superada esta espada de Damocles
las sensaciones eran muy buenas, no sólo se estaban obteniendo buenos
resultados en un lugar duro, encima se estaban logrando con cebos elaborados
por uno mismo, lo que sin duda supone un disparo en la satisfacción y ego de
cualquiera.


Ya estaban a punto de recoger cuando se produjo la que sería
la última alegría del día, la guinda al pastel, el remate a una fantástica
sesión y el cierre deseado, justo cuando ya se conformaban con el empate a dos
y no tenían mucha fe en conseguir una nueva picada, prueba de ello es que ya
habían comenzado a recoger parte del equipo incluidas algunas cañas, fue cuando
súbitamente comenzó a sonar repetidamente una de las alarmas, nuestros
compañeros tenían la posibilidad de obtener una nueva captura y ampliar el
palmarés, Javier fue el encargado de intentar llevar la pieza hasta la orilla,
había sacado mucho hilo del carrete y tiraba con fuerza, algo característico en
los peces del lugar como ya hemos comentado, con paciencia y sin precipitación
al cabo de varios minutos lograba hacerse con el animal, una hermosa carpa que
dejaba un regusto increíble y certificaba una sesión sumamente positiva, así
que, mientras emprendían el camino hacía el coche comentaban como se había dado
el día intercambiando impresiones y dando por finalizada esta sesión de dos
salidas consecutivas, enhorabuena por
las capturas y por lo que disfrutasteis, ya estamos a la espera de nuevas
jornadas de pesca de los compañeros del club, os mantendremos informados, hasta
la próxima……
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